viernes, 25 de diciembre de 2015

La Luna y el Sueño III

En cuanto al sueño, la relación entre la luna y el hombre ha sido y sigue siendo un misterio plagado de mitos y leyendas. 
Francisco Javier Puertas, especialista en la Unidad del Sueño del Hospital Quirón de Valencia argumenta que se duerme peor porque hay una mayor exposición a la luz ambiental. En la retina hay unas células que detectan la luz, sobre todo la blanca (como la de la luna). Estas células están conectadas al núcleo nucleo supraquiasmatico, que es el reloj biológico, de tal forma que la presencia de luz inhibe la secreción de melatonina y por la noche, la secreción de esta sustancia puede afectar al sueño.
Investigadores de la Universidad de Basilea en Suiza ha observado que durante las noches de plenilunio, es más difícil conciliar el sueño y se duerme peor.
El estudio se realizó en el laboratorio, donde los humanos desconocían las fases lunares. A través del EEG, los movimientos oculares y  las secreciones hormonales, vieron que  los humanos responden a los ritmos geofísicos de la luna.
En las noches de luna llena, la actividad cerebral relacionada con el sueño profundo se redujo en un 30%, tardaron 5 minutos más en quedarse dormidos y se despertaron 20 min antes. Los niveles de melatonina resultaron más bajos. Estos hallazgos, en palabras de los investigadores, nos dicen que esto es la herencia de un pasado en el que la luna podría haber sincronizado los comportamientos humanos con fines reproductivos o de otro tipo, como también ocurre en animales.


sábado, 19 de diciembre de 2015

La Luna y las enfermedades mentales II

Respecto con las enfermedades mentales, un estudio efectuado por psicólogos de la Université Laval en Canadá, indica que la supuesta teoría de que la luna llena y las otras fases Lunares afectan el estado mental de las personas es falsa.
Como parte de la investigación, un equipo de expertos en Psicología estudió durante tres años, 2005 al 2008, a más de 770 pacientes que visitaron los hospitales Sacré-Cour en Montreal, y el Hotel-Dieu de Lévis durante cada uno de los ciclos Lunares.
Los psicólogos se enfocaron en los pacientes que entraron al hospital con síntomas de dolor en el pecho sin causa médica.
Evaluaciones psicológicas determinaron que la mayoría de esos pacientes sufrían de ataques de pánico, trastornos de ansiedad y deseos suicidas, pero el estudio no pudo establecer un vínculo importante entre la frecuencia de episodios de esos trastornos y las cuatro fases Lunares.
Sin embargo descubrieron que los desórdenes de ansiedad eran 32 % menos frecuentes en la última fase lunar o cuarto menguante.
Determinaron que pudiera ser una coincidencia o a un sesgo por factores que no tuvieron en cuenta, no obstante concluyeron que no existía ningún efecto de la luna llena o luna nueva en los problemas psicológicos. 
Es cierto que esto contradice la creencia popular de que la luna llena causa comportamiento extraños en las personas.
También de acuerdo con el mismo estudio canadiense a cargo de la Université Laval, al menos un 80 por ciento de enfermeras y un 63 por ciento de doctores creen que los ciclos Lunares impactan la salud mental de los pacientes.
Algunos miembros del orden creen que los delitos aumentan cuando hay luna llena, pero otros que trabajan en primera línea no están tan seguros. 
En 1998 un estudio psicológico realizado a los reclusos del centro penitenciario Armley, en Leeds, Inglaterra, indicó que existe un incremento de crímenes violentos durante los días de luna llena.  Sin embargo hay estudios de las mismas características que contradicen lo anterior.
La conducta de la gente va a depender en gran parte de sus de sus creencias, si se cree que hay algo mágico en la Luna y que su hechizo puede influir, es posible que exista una alteración de la conducta o una somatización de la enfermedad


lunes, 14 de diciembre de 2015

La Luna y la maternidad I

Es muy común entre los médicos pensar que en las noches de luna llena pueden suceder situaciones relacionadas directamente con la enfermedad o el comportamiento humano en aquellos individuos especialmente sensibles.
En las maternidades se cree que los partos prematuros, los partos de embarazos de riesgo y el volumen de partos en general aumentan en las noches de luna llena, las más temidas para estar de guardia en el mundo de la perinatología. 
La explicación que se ha tratado de dar al primero de los interrogantes, está en relación
con la Luna y sus efectos gravitatorios, tanto en las personas como en los animales. Entre los médicos lo conocemos como la teoría de las mareas.
La Luna afecta al movimiento de los océanos, que constituyen el 70% de la superficie de nuestro planeta, en consecuencia si el cuerpo humano está compuesto de agua en un 70%, podrían las fases de la luna  producir sintomatología, favoreciendo por ejemplo la rotura de membranas de la bolsa de líquido amniótico, primer paso para desencadenar el parto. 
Puesto que la cuestión anterior era la base de una duda razonable, existen también estudios médicos como el llevado a cabo por el Hospital de Cruces de Bilbao en Diciembre 2003. Dicho trabajo, en contra de las creencias populares, concluye que la luna llena no aumenta el número de partos ni ejerce influencia en los alumbramientos prematuros
Esta es la conclusión tras analizar 79.830 partos atendidos a lo largo de 15 años. El estudio, demuestra que las diferentes fases lunares no tienen influencia alguna sobre el número de partos, siendo similar el número de partos en cada una de ellas. 
Los datos de este estudio dejaron claro que esta creencia popular no tiene una base científica, ya que  esta asociación cambia de una cultura a otra, en nuestro medio se piensa que la luna llena es la que se asocia al mayor número de partos, mientras que otras culturas responsabilizan de este hecho a la luna nueva. Se insistió en que en el inicio del parto influyen más factores hormonales y fisiológicos que factores dependientes de la posición de la luna.



domingo, 6 de diciembre de 2015

Fauna fantástica

Hasta hace poco tiempo, España ha sido un país predominantemente agrícola, incluso aún hoy día, una gran parte del territorio tiene una marcada área rural, por ello es fácil pensar que parte de los animales que conviven a diario con el ser humano, se hayan ido incorporando al imaginario colectivo.
Encontramos animales en todas las representaciones de nuestra cultura, en heráldica, monumentos, en la tradición oral y escrita, pudiendo ser animales reales o inventados. También en las representaciones cristianas lo animales como veremos cumplen un importante papel.
En nuestra geografía de manera muy particular van a destacar los siguientes animales, el lobo, el dragón, la serpiente, el perro, el toro, ciertas aves, gatos etc., también aquellos considerados fabulosos de características fantásticas y por último aquellos que comparten rasgos animales y humanos pertenecientes al mundo mágico. Veremos los más frecuentes.
a. Lobos:
Considerado a nivel rural el principal depredador y enemigo del ser humano. Es, en el imaginario popular, un ser nocturno, que ataca en la noche, asociándose a las fuerzas del mal.
Esas características malignas nos han dado a seres míticos tan representativos como el Lobishome y el Rabishome, los hombres lobo españoles, que se ven fundamentalmente en dos regiones geográficas curiosamente muy diferentes entre si como Extremadura y Galicia. En Cataluña encontramos al Pare Llop y el Encortador de Llops, seres humanos con la capacidad de ser obedecidos por lobos, a los que dirigen en sus actos de mala fe contra los ganados de lo campesinos. 
A los lobos se les da poderes que van más allá de los naturales, como la capacidad en el humano de quedarse sin voz y con el pelo erizado al verlo, hecho común en Galicia y en la Italia antigua (recogido en la literatura de Plínio).
En nuestra cultura al lobo se le vence con el fuego, por ello los campesinos siempre llevaban un manojo de paja cuando transitaban por zonas cercanas a las manadas, con el sonido de la gaita en el norte de España, y también en el área de Galicia con el chirrido de las ruedas de los carros. Estos sonidos tan agudos, se suponía que producían un rechazo en el animal y por tanto se les ahuyentaba.
El lobo se considera un animal mágico en si mismo que no suele necesitar dadas sus propiedades otro nombre propio que lo identifique en el imaginario.
b. Serpientes.
En nuestra mitología la serpiente por lo general tiene connotaciones negativas. A veces son la representación de una bruja o un hada para llevar a cabo sus actos, otras veces las vemos custodiando un tesoro.
Para el cristianismo la connotación maldita es evidente desde que tiene lugar el episodio del Jardín del Edén en el Antiguo Testamento.
Se identifica también a la serpiente con la inteligencia, con la inmortalidad (por los cambios que tiene de piel, la cual se empleaba en numerosos remedios para el ganado o en forma de emplastos para los dolores de muelas y de cabeza), con lo siniestro y sibilino, por ejemplo en Galicia, Extremadura y Castilla es común la creencia de que las serpientes se pueden colar en las casas de la madres que amamantan a sus hijos y cuando estas duermen se enganchan al pecho dando a los bebés la punta de su cola para que succionen y calmarlos.
La serpiente es además la forma que adopta la Moura gallega para probar a aquellos que quieren desencantarlas. Viven en cuevas, pozos, lugares cercanos al agua.
Serpientes míticas son por ejemplo el Erensugue euskera, genio con aspecto de serpiente voladora, que puede tener hasta 7 cabezas, otra serpiente de la mitología vasca sería el Sugaar, que es una serpiente macho que atravesando el cielo como una hoz de fuego produce la tempestad. 
El Cuelebre asturiano y cántabro, a caballo entre una serpiente y un dragón. Es una gran serpiente alada, en León se conoce como Culebrón, al que únicamente se le puede matar pinchándole la garganta o dándole de comer aquello que no puede digerir, como piedras. Suele custodiar personas con tesoros, los cuales solo se pueden liberar la mañana del día de San Juan. Similar al anterior encontramos al Culebrón, muerto por un caballero templario que rescata a la población de la zona.
En Andalucía tenemos a la Tragantía en Jaén. En este caso la serpiente se corresponde a una princesa mora abandonada por su padre al entrar las tropas cristianas y que en las noches devora a los niños.
c. Dragones.
Es la figura animal más universal y ampliamente representada, desde el Extremo Oriente al Mediterráneo, incluyendo el territorio americano. En la Italia Antigua reflejados en la Historia Natural de Plinio y localizados en la India, en el Medievo en los libros de caballerías donde los caballeros cristianos peleaban con ellos para defender a las doncellas. Identificadaos de manera constante con el Mal, personificando en Biblias y Bestiarios el Apocalipsis. En la mitología española son especialmente frecuentes en el área mediterránea y en concreto en Cataluña, se les representa como grandes animales, de aspecto similar a los dinosaurios, con alas, boca por la que echan fuego, cola de serpiente, etc. La leyenda más popular corresponde a San Jorge que libera a una doncella hija del Rey de Capadocia de las garras de un dragón en Montblanc, o bien se localiza también en el Bajo Ampurdan y en la Montaña de Tallet.
En estas áreas existen otros dragones como la Draga del lago de Bañolas, el Dragón de Malmercat, el de Noades encargado de custodiar su lago, e incluso la Vibria que es la versión femenina del dragón en Cataluña, representada con pechos (del latín viver viperus que significa víbora).




lunes, 30 de noviembre de 2015

Diluvio Universal: América

Aunque nos referimos como culturas principales a Mayas, Aztecas (Mexicas) e Incas, hay referencias en los mitos de Creación al Diluvio desde un extremo al otro del continente, desde los Inuit hasta los Mapuches del Cono Sur. De hecho esto es extrapolable a todo el mundo puesto que hay cerca  quinientas leyendas referentes a un diluvio.
En el Popol Vuh, el Libro sagrado del Quiché, podemos leer en el 2º y el 3º capitulo como se crean las primeras humanidades y se van destruyendo. Así los hombres de barro dan paso a los de madera. Y la destrucción de la humanidad de madera:

“...Y al instante fueron hechos los muñecos labrados en madera. Se parecían al hombre, hablaban como el hombre y poblaron la superficie de la tierra.
Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas.
Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un intento de hacer hombres. Hablaban al principio, pero su cara estaba enjuta; sus pies y sus manos no tenían consistencia; no tenían sangre, ni substancia, ni humedad, ni gordura; sus mejillas estaban secas, secos sus pies y sus manos, y amarillas sus carnes. Por esta razón ya no pensaban en el Creador ni en el Formador, en los que les daban el ser y cuidaban de ellos.
Estos fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz de la tierra.”

“...En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo, recibieron la muerte.
Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo".

“...Pero no pensaban, no hablaban con su Creador, su Formador, que los habían hecho, que los habían creado. Y por esta razón fueron muertos, fueron anegados. Una resina abundante vino del cielo.”
 
“...Y esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se obscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche.”

Es decir volvemos a tomar como referencia para la creación de una nueva humanidad, capaz de adorar a los dioses y de ser creada a su imagen y semejanza, la destrucción del mundo conocido. Y dentro de la forma de destrucción, aun teniendo la separación de un Océano por medio, tenemos la aparición de un Diluvio.
Y esto es común en los mitos de creación aztecas o mexicas como veíamos en un principio. 
La creación para los mexicas ha sido en distintas etapas o soles, lo vemos en el documento 1558 en la transcripción de Miguel de León Portilla. La cuarta Edad es la que lleva asociada el Diluvio:

“...Y estos que vivieron en esta cuarta edad, estuvieron en el tiempo del Sol 4 agua. El tiempo que duró fue de 676 años. Y cómo perecieron: fueron oprimidos por el agua y se volvieron peces. Se vino abajo el cielo en un solo día y perecieron, todo monte pereció. El que estuvo extendida 52 años y con esto terminaron sus años.”

Vemos también la versión de Adela Fernández en relación a la interpretación del Códice Vaticano Latino 3738:

“...Cuarto Sol, Tzontlilic: se inició hace 5026 años (el comentarista refiere que fue por 5042). Esta edad, en la que tuvo principio Tula, se llamó Tzontlilic, “Cabellos negros”. Los hombres murieron de hambre tras una lluvia de sangre y de espanto”.

Y si nos desplazamos en el espacio hacia el altiplano andino, somos capaces de ver también como aparecen los mitos de creación asociados al diluvio.
El dios Viracocha creó una raza de gigantes, mas arrepentido quiso hacer hombres a su imagen y semejanza, que lo reconocieran y adoraran.
Sin embargo parte de estos hombres violó los mandamientos de Viracocha; la ira del dios convirtió a algunos en piedras, a otros en animales y al resto, los que habían resultado a su juicio más dañinos fueron destruidos por el “Uno Pachacutic” (diluvio universal).
Un mes antes las llamas y las vicuñas perdieron el apetito y se juntaban a la caída del sol mirando fijamente el cielo.  Un  pastor que las cuidaba, las interrogó y los animales le contaron que dos estrellas se acercarían hasta tocarse y el mundo quedaría sumergido bajo las aguas.
El pastor, un buen hombre para Viracocha, con su familia se refugió en la cumbre de la montaña Ancasmara y 60 días más tarde al cesar las lluvias, descendió con sus familiares para poblar la tierra constituyéndose en los antepasados de los Incas.
Además para cronistas como el Inca Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales en el capítulo XVIII, antes del la fundación del Inmerso, el Tahuantinsuyo y la creación de los Incas hubo un Diluvio, del que apenas hay más referencias. Tras el la creación de la humanidad.






jueves, 26 de noviembre de 2015

Tonalismo y nahualismo entre los nahuas del Centro de México en periodo prehispánico

Si bien se distingue entre nahualismo y tonalismo, es igualmente importante insistir en que no es por azar que estas dos ideas se combinen, pues ambas vienen de una misma concepción cultural: la de la existencia de relaciones privilegiadas entre ciertos hombres y ciertos animales y, más generalmente, entre seres que pertenecen a diferentes planos cósmicos.
De hecho, se puede afirmar que el tonalismo establece una matriz simbólica que sirve de fundamento al nahualismo. La relación entre un hombre y su animal compañero es esencialmente metafórica: ambos comparten cualidades análogas que los identifican entre sí y también que los distinguen de los demás hombres y animales. El principal rasgo que suelen compartir es su fecha de nacimiento: los nahuas creían que nacer el mismo día las dos criaturas adquirían una misma entidad anímica, llamada tonalli, que era insuflada en ellas en el momento de su concepción. Por ello todos los seres (animados e inanimados) nacidos un mismo día compartían las características de su signo calendárico, llamado también tonalli, y tenían particulares relaciones de afinidad entre sí (López Austin).
Dentro de esta visión analógica, es muy difundida en las sociedades indígenas la creencia que la naturaleza de los animales compañeros depende de la posición social de las personas. Podemos suponer que algunas de las cualidades del jaguar (su fiereza, su fuerza, su belleza) se consideraban análogas a las cualidades de los gobernantes y por eso éstos eran considerados sus animales compañeros 
Sin embargo esta relación metafórica, de analogía, tiene también sus aspectos metonímicos, de coesencia: se creía que el hombre y el animal compartían el tonalli, compartían un destino: si el animal compañero moría, el hombre corría el peligro de morir, esta idea sigue siendo muy difundida en la actualidad.
El nahualismo puede ser concebido también como una relación establecida entre dos seres vinculados metafóricamente por el tonalismo. Al transformarse en su animal compañero, el nahual no hace sino confirmar y aprovechar una relación de analogía y coesencia previamente existente. 
Por ello, no sorprende que resulte virtualmente imposible definir de manera inequívoca la naturaleza de la transformación experimentada por las personas con poderes nahualísticos, pues esta parece haber variado a lo largo del tiempo y del espacio. López Austin afirma que el nahualismo consiste en la proyección fuera del cuerpo de una de las tres entidades anímicas, el ihíyotl, para introducirla en otro ser que así se convierte en su nuevo envoltorio; según su interpretación esta concepción corresponde al núcleo esotérico de la práctica nahualística, mientras que la idea de una transformación completa es más una concepción popular esotérica más burda.  Hermitte, en cambio, al tratar de dilucidar la relación que existe entre el hombre y su “coesencia” animal llegó a la conclusión se trataba de una identificación completa, en sus palabras, el “hombre es el animal” el hombre con poderes se transforma literalmente en el animal.
Hay que ver que la correspondencia entre nahualismo y tonalismo no es completa, pues un hombre con poderes de nahual puede asumir la forma de muchos animales diferentes, sin que éstos sean necesariamente sus animales compañeros y, sobre todo, porque el nahualismo como técnica mágica va más allá de la transformación de hombres en animales. Por medio del nahualismo, los hombres pueden transformarse en fuerzas naturales, los dioses pueden transformarse en otros dioses y también en hombres, y los muertos pueden tomar posesión de criaturas vivientes.
El nahualismo puede ser comprendido como una técnica de mediación y comunicación entre los planos cósmicos: al permitir que un ser se transforme en otro ser de naturaleza diferente, o perteneciente a un nivel cósmico diferente, abre un canal de comunicación y acción que rebasa el ámbito de acción “normal” de ese ser y le permite actuar en otros planos cósmicos.
La proyección del alma de un hombre a un animal o a un fenómeno natural le permite subir y bajar al cielo y al inframundo y viajar distancias inmensas (Federico Navarrete Linares). 

Representación de Tepeyollotl-Tezcatlipoca en el Códice Borbónico (1974: 3)

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Brujería

En el siglo XV, secundario al miedo a las brujas que surge  en el sur de Francia, se van a producir en el área pirenaica y regiones de Navarra, la Rioja y País Vasco varios juicios por brujería, siendo el proceso de Zurragamurdi el más conocido. Una bruja arrepentida se presentó ante la Inquisición de Logroño y denunció a sus cómplices, se inculparon a más de 300 personas. Leyendo las sentencias en el auto de fe efectuado el 7 y el 8 de noviembre de 1610, en que salieron un total de 53 condenados: 21 con insignias de penitentes, descubiertas las cabezas y con una vela en la mano, 21 con sambenitos con aspas de reconciliados y una vela; 5 estatuas de difuntos; y 6 con sambenitos y corozas de relajados. De estos últimos al menos una, la bruja Endregoto, fue quemada en la hoguera por el asesinato de un anciano por envenenamiento, crimen que despertó la indignación del Tribunal.
La Inquisición mandó revisar las actuaciones del tribunal de Logroño, autorizando al inquisidor Alonso Salazar y Frías, disconforme con la actuación de los otros inquisidores y que había trasmitido sus objeciones a la máxima autoridad. Gracias a la paciencia de Salazar en los interrogatorios, con las confesiones más disparatadas por el miedo, se concluyó que no había ningún dato que pueda considerarse como brujería, atribuyendo todo el disparate a la incultura, al miedo y a la persistencia de antiguos ritos inofensivos. Debido a estos informes se optó por una política más benigna, incluyendo el envío de predicadores para evangelizar y enseñar a la población ignorante.  Por ello gracias a Alonso de Salazar, España en el XVI siguió una política diferente a Europa y Norteamérica (recordemos en  1692, en Salem -Massachussets- la persecución contra las brujas y sus juicios sumarios). 
Recomiendo dos obras para este tema, el más famoso de todas los libros sobre brujería, Malleus Maleficarum, escrito en 1486 por dos monjes dominicos, Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger, que se convirtió en el manual indispensable para la Inquisición, en el que se detallaba todo lo relacionado con la formación de la bruja y su identificación y castigos y Las Brujas y su mundo de Julio Caro Baroja, el mejor estudio antropológico de las brujas en nuestro país. 
Un ejemplo del terror y los disparates que los inquisidores hicieron confesar a las acusadas de brujería:
"...Y su relato sobre el método de profesar la fe del demonio coincide sin duda con lo que escribió el eminentísimo doctor Johann Nider, quien aun en nuestra época ha escrito en forma muy esclarecedora; y puede señalarse en especial que nos dice lo siguiente, que supo por un Inquisidor de la diócesis de Edua, quien llevó a cabo muchas inquisiciones de brujas en ésa diócesis, e hizo quemar a muchas.
Pues dice que este Inquisidor le dijo que en el ducado de Lausanne ciertas brujas habían cocido y comido a sus propios hijos, y que el siguiente era el método en que se iniciaban en tales prácticas. Las brujas se reunían, y por sus artes convocaban a un demonio en forma de hombre, a quien la novicia era obligada a jurar que renegaba de la religión cristiana, que jamás adoraría la Eucaristía, y a pisar la Cruz siempre que pudiese. hacerlo en secreto... 
Malleus Malleficarum
El Aquelarre.
Francisco de Goya. Museo del Prado, Madrid.



miércoles, 11 de noviembre de 2015

Vampiros y hombres lobo en Medicina

Aunque tan antiguos como la misma humanidad, es en los siglos XVII y XVIII cuando los mitos de vampiros y hombres lobo tienen su máximo apogeo, popularizándose después en el siglo XX con el cine. Las leyendas de vampiros, sobre todo son reconocidas en países como Hungría, Serbia, Polonia, Rumanía etc, correspondiendo geográficamente a Europa del Este. Se considera que el vampiro no puede reflejarse en el espejo, ni ver su sombra, tampoco les puede dar la luz porque les daña, son pálidos, de dientes largos etc. Las Porfirias son un grupo de enfermedades congénitas o adquiridas de tipo metabólico, que van a consistir en una alteración en la formación del grupo hem de la hemoglobina, cuya consecuencia es el depósito anormal de las llamadas porfirinas en la piel, la sangre, el hueso, la dentina y su eliminación por heces y orina. Hay siete tipo de porfirias que se clasifican según su sintomatología neuropsiquiátrica, dermatológica y mixta. Hay dos subclases, que corresponden a la Porfiria eritropoyética o enfermedad de Gunther y la protoporfiria eritropoyética ambas de tipo genético por déficits enzimáticos diferentes que pueden tener relación con el mito. Los síntomas son la palidez secundaria a la anemia, la coloración rosada o rojiza de los dientes al depositarse las porfirinas en la dentina y la fotosensibilidad, o la sensibilidad excesiva a la luz por el acúmulo en la piel. Las reacciones que se desencadenan en la piel son a veces tan severas que los pacientes evitaban por el miedo a las ampollas y al dolor de la quemadura el exponerse al sol. También existían deformidades óseas con pérdida de sustancia, contracturas y deformidades, cicatrices en las corneas, y curiosamente aumento del crecimiento del pelo y vello o hipertricosis en las regiones más expuestas a la luz, lo que pudo relacionarse también con el mito de los hombres lobo. Además del aspecto físico, en la época de auge del vampirismo, el paciente en su fase terminal podía desarrollar una conducta alimentaria anormal, un tipo de pica, deseando alimentarse de sangre de animales. Aunque la hemoglobina por vía oral se digerir quizás en grandes cantidades pudiera absorberse parte produciendo una mínima mejoría. Esta explicación del mito surge en 1985 tras la publicación de un artículo en el New York Times.
Respecto al fenómeno de los hombres y mujeres lobo, los cuadros más llamativos en relación con la literatura clásica son los llamados “Síndrome del Hombre Lobo” o Hipertricosis Universal Congénita. Este cuadro presenta dos variantes:
-Hipertricosis Lanuginosa Congénita: extremadamente rara ya que sólo se han detectado 50 casos desde la Edad Media. Las personas que lo padecen están completamente cubiertas por un vello ó lanugo (pelo fino) largo excepto en las palmas de las manos y de los pies. La longitud a la cual puede llegar el vello es de 25 centímetros y puede crecer toda la vida o desaparecer con los años..
-Síndrome de Ambras: el vello es más grueso, posee coloración y en todos los casos va a crecer a lo largo de toda la vida.
Se deben a una mutación autosómica dominante, con varios casos afectos por tanto en las familias, la mayoría de veces por herencia familiar, pero otras veces aparecen espontáneamente. 

Síndrome de Gunther.

Síndrome de AmbrasLavinia Fontana (1552-1614). Tognina Gonsalvus (1585)
Óleo sobre lienzo. 57 x 46 cm. Museé du Château du Blois




Vampirismo y patología psiquiátrica

Se conoce en psiquiatría el Síndrome de Renfield o vampirismo clínico a un desorden psiquiátrico raro en el que el paciente siente una actitud compulsiva hacia la ingesta de sangre. 
El trastorno, identificado por el psicólogo clínico Richard Noll, Bizarre Diseases of the Mind (1990), no aparece en las clasificaciones actuales ni en el Manual Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV). 
Aunque el síndrome aún no ha sido aceptado en el DSM-IV, se conoce desde hace tiempo. R. Noll destaca que en el texto del psiquiatra alemán Richard van Krafft-Ebing: Psychopathias Sexuales, existen referencias a este trastorno, de hecho se pensó que Bram Stoker pudo recurrir al mismo para escribir su novela.
En la clasificación actual, el Síndrome de Renfield se encuentra englobado, como veremos, dentro de la esquizofrenia y las parafilias.
Por ejemplo algunos pacientes niegan el carácter erótico o la connotación sexual de la experiencia de ingerir sangre, atribuyendo, como parte de su delirio, su conducta a la necesidad de mantenerse vitales y activos, rasgo que se define para algunos psiquiatras como síntoma de esquizofrenia de tipo residual o  indiferenciado.
En otros casos existe el llamado vampirismo grupal no violento, con donadores pasivos voluntarios, calificándose de sadomasoquismo. El vampirismo grupal violento también entra dentro de las sociopatías rituales, típico de algunas sectas religiosas.
En otras ocasiones se engloba dentro de parafilias raras, hay autores que lo describen dentro de la necrofilia. 
Y finalmente puede ser incluido dentro de la patología sexual, como una forma de sadismo, al ingerir la sangre dentro de un arrebato de índole sexual, o bien como un tipo de fetichismo sexual empleando la sangre como fetiche para llegar al orgasmo.
El nombre se debe al personaje de Renfield en la novela de Bram Stoker Dracula (1897). Renfield es un enfermo psiquiátrico que ingiere moscas pensando que va a absorber la energía vital de su amo. Tras consumir insectos su ansiedad aumenta y piensa que al ingerir la sangre de animales de mayor tamaño como aves y ratas, aumentará también su fuerza.
De la misma manera, las personas afectadas de Síndrome de Renfield, sufren los mismos síntomas, piensan que con la ingesta de sangre su energía o fuerza vital aumentará de manera proporcional.
El trastorno afecta a varones con más frecuencia y es provocado, la mayor parte de las veces por un suceso acaecido en la infancia. El individuo al hacerse una pequeña herida absorbe la sangre, inicialmente con la finalidad de cortar la hemorragia, sin embargo un acto tan simple y universal, en ellos concluye en excitación sexual. En la pubertad se potencia enormemente puesto que a la naturaleza sexual del individuo se unen los sentimientos de atracción que provoca la sangre.
Se describen tres etapas:
Primera: autohemofagia, ingiere su propia sangre, aunque suponga auto infringirse pequeños cortes.
Segunda: zoofagia, comen animales vivos o beben su sangre. Len ocasiones no supone la muerte de un ser vivo, a veces se las ingenian para conseguir la sangre desde mataderos o carnicerías.
Tercera etapa: vampirismo verdadero o vampirismo clínico, es decir hacia seres humanos. Una vez que entran en esta etapa, desde robos de sangre en hospitales y bancos de sangre hasta la ingesta de sangre de una persona viva, consentida o no, hay un gran espectro. Sin embargo es en esta fase donde existe riesgo de cometer crímenes violentos, puesto que si existe una base de psicopatía asociada, no va a haber ningún impedimento para infringir la muerte a otro ser humano.



martes, 3 de noviembre de 2015

Experimentación en Medicina II.

Antes de la segunda guerra mundial en Estados Unidos, contando con el apoyo del gobierno, se realizó en Alabama, en Tuskegee, uno de los más brutales experimentos clínicos. En 1932 a 430 hombres de raza negra contagiados de sífilis se les privó de todo tratamiento con el fin de observar su evolución. A estas personas se las privó de todo tratamiento aún cuando se había descubierto ya la penicilina. 28 fallecieron y varios sufrieron lesiones de neurosífilis con deterioro brutal del sistema nervioso central y también del sistema circulatorio. Este experimento duró 40 años.
El 10 de Julio de 1973 el senador Edward Kennedy denunció a la prensa la esterilización de 11 mujeres de 11-15 años, la mayoría de raza negra que habían sido esterilizadas sin el consentimiento de sus padres. Este hecho tuvo lugar en Alabama también y la administración Nixon se opuso a las reformas en sanidad propuestas por Kennedy.
Entre 1950 a 1970, se realizó el Estudio de Willowbrook por el Dr. Saul Krugman y colaboradores. Se investigó sobre un grupo de niños internados con retraso mental, que estudiaban en la Escuela Estatal de Willowbrok en Nueva York. El objetivo era determinar el curso natural de la hepatitis sin recibir tratamiento alguno. Se descubrió que existían dos tipos distintos de Hepatitis (A y B) e inyectando a los residentes infectados con Gamma Globulinas, se desarrollaba una inmunidad pasiva, lo que serviría como una forma de tratamiento. 
El Departamento de Salud Mental del Estado de Nueva York aprobó el estudio que fue  apoyado por el área Epidemiológica de las Fuerzas Armadas. 
En la escuela se aceptaban niños con retraso mental portadores de Hepatitis A, inoculando  a otros niños para que se infectaran con hebras del virus aisladas de las deposiciones de enfermos con hepatitis. A los padres se les obligaba si querían el ingreso a firmar la autorización para realizar experimentos. 



viernes, 30 de octubre de 2015

Experimentación en Medicina I.

Los experimentos realizados sobre el ser humano son tan antiguos como la propia historia de la medicina. Desde la medicina precientífica con chamanes y curanderos, donde el empirismo refleja la experimentación en el hombre, es decir esto funciona y cura porque no mata, hasta la actualidad vamos a ir viendo como se pasa de las buenas prácticas terapéuticas al ensañamiento más encarnizado.
En su texto Fronteras de la Medicina, el profesor Reverte Coma nos hace ver como desde la creación de los primeros hospitales, las primeras terapias, las primeras universidades y docencia, se ha experimentado sobre el ser humano: el Hospital y el enfermo hospitalario es un medio de ensayo, un medio de experimentación.
Desde lo que conocemos como el principio de la Medicina vemos ejemplos como el epigrama de Marcial en el que se queja a Símaco, el médico que le atendió con sus aprendices: “cien manos me tocaron, antes no tenía fiebre y ahora si”.
En el siglo III, Celso cita en De re médica que en Alejandría Herófilo y Erasistrato fueron quienes realizaron las primeras autopsias sobre cadáveres y las primeras vivisecciones sobre individuos vivos que eran los reos condenados a muerte.
Hipócrates (460 a. C. ) redacta su juramento hipocrático, seguido incluso en la actualidad, donde refleja que el médico debe ponerse al servicio de la salud y del hombre. Aunque la escuela hipocrática no realiza autopsias, si que basa en una experimentación su terapéutica.
Galeno, aunque no hizo autopsias sobre el ser humano, si lo hizo en animales, formalizando lo que desde entonces se considera experimentación clínica, que hasta el Renacimiento con Vesalio no vuelve de manera oficial a practicarse.
Andreas Vesalio, médico personal de Carlos V realiza en Flandes multitud de autopsias en cadáveres humanos corrigiendo antiguos errores anatómicos.
Harvey a través de experimentos controlados en seres humanos es capaz de descubrir la circulación sistémica tal como la conocemos.
Podemos ver muchos más ejemplos, Falopio, excelente anatomista de Pisa, para descubrir los efectos del opio, solicitó al Duque de Toscana la entrega de dos condenados a muerte. Uno de ellos fallece y el otro no, lo que le es útil para su estudio, no obstante al continuar suministrando opio al sujeto, éste finalmente fallece.
Danys en 1667 comenzó a realizar las primeras transfusiones de sangre, inyectando 250 ml de sangre de cordero en las venas de un niño de 16 años, que obviamente falleció.
Quizás el caso más llamativo sea la creación de las vacunas, que como muchos sabemos se la debemos a Edward Jenner en el año 1798, en el que demuestra la efectividad de la vacuna de la viruela.
Jenner observó que las vacas padecían una enfermedad llamada Vaccina o viruela de las vacas (cowpox), que produce erupciones en las ubres semejantes a las que produce la viruela humana. Las vacas contagiaban la enfermedad a las lecheras que las ordeñaban, en las que aparecían pústulas en las manos, de carácter benigno.
Sin embargo estas personas se volvían inmunes contra la viruela humana, lo que le llevó a la idea de inocular a una persona sana con la viruela de las vacas para conferirle inmunidad frente a la terrible enfermedad.
El 14 de mayo de 1796 inoculó pus de una pústula de la mano de la ordeñadora infectada Sarah Nelmes a un niño de 8 años llamado James Phipps.  
Este desarrolló una enfermedad leve entre el 7º y el 9º día con una vesícula en los puntos de inoculación, que desapareció sin incidencias. El 1 de julio, inoculó al niño con la viruela humana, sin producir enfermedad, quedando inmunizado.
Hasta el momento hemos visto ejemplos que realmente aunque muy cuestionables éticamente no han supuesto para entendernos un crimen contra la humanidad, un genocidio.
Lo veremos más adelante.


martes, 27 de octubre de 2015

Siglos XX y XXI para los Mayas

Hoy los mayas viven como campesinos en comunidades rurales, a pesar de que emigran cada vez más a las ciudades en busca de trabajo o para huir de la represión y la pobreza. Las comunidades se suelen establecer en las proximidades de pequeños centros urbanos con sus plazas, donde fijan sus mercados y llevan a cabo fiestas religiosas. Hoy día, casi tres millones de personas hablan una de las 28 lenguas mayas repartidas en nueve familias lingüísticas, entre las que destacan: la quiché y la yucateca.
Otros pueblos mayas significativos con sus lenguas son: tzeltales, chamulas, lacandones, tojolabales y choles de Chiapas; choles y chontales de Tabasco; cakchiqueles, mames y pokonchis de Guatemala; y chortís del este de Guatemala y oeste de Honduras. Todos formaban parte de la civilización y cultura  común que hemos visto previamente como alcanzó las más altas cotas de desarrollo en Mesoamérica.
Caso especial es lo sucedido con los mayas en Guatemala en el pasado siglo.
Guatemala ha tenido hermosas y dignas épocas desde el inicio de la cultura maya milenaria hasta nuestros tiempos, sus obras, su arte, su cultura, sus hombres y mujeres ilustres y humildes, honrado por los Premios Nobel de Literatura, Miguel Angel Asturias y Nobel de la Paz, la indígena quiché Rigoberta Menchú. Sin embargo, Guatemala producto del enfrentamiento armado entre hermanos, ha tenido una de las páginas más sangrientas de la historia reciente. Durante más de 34 años, hasta 1994, se vivió bajo la sombra del miedo y la desaparición como amenazas cotidianas. A raíz de este terror se creo  La Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) establecida mediante el Acuerdo de Oslo, del 23 de junio de 1994, para esclarecer objetivamente las violaciones a los derechos humanos y los hechos de violencia que causaron sufrimientos a la población guatemalteca, vinculados con el enfrentamiento armado. 
Un sector de la población recurrió a la violencia armada para alcanzar el poder político, perpetuado en forma de dictaduras de corte militar, cometiendo los actos de violencia más desmedida contra la población más indefensa, la indígena, en particular al pueblo maya, cuyas mujeres fueron consideradas como botín de guerra y soportaron todo el rigor de la violencia organizada. La niñez indefensa sufrió los actos más desmesurados de salvajismo, pretendiendo exterminar de la faz de la tierra a los descendientes de los antiguos mayas, sin respetar las reglas más elementales del derecho humanitario, la ética cristiana y los valores de la espiritualidad maya.
Textualmente, a través de  miles de testimonios, se asistió con los sobrevivientes a momentos tan emotivos como las exhumaciones de sus seres queridos en los cementerios clandestinos; se escuchó a antiguos jefes de Estado, a altos mandos del Ejército y de la guerrilla etc.
Aunque muchos saben que el enfrentamiento armado causó muerte y destrucción, la gravedad de los reiterados atropellos que sufrió el pueblo todavía no ha sido asumida por la conciencia nacional. Las masacres que eliminaron comunidades mayas enteras pertenecen a la misma realidad que la persecución urbana de la oposición política, de líderes sindicales, de sacerdotes y catequistas. Se sospecha que además de las muertes oficiales pudieron ser eliminadas más de 200.000 personas, pertenecientes por lo general a alguna etnia maya.
Como dice el texto del CEH, reconocer la verdad beneficia a todos, víctimas y victimarios. Las víctimas, cuyo pasado ha sido degradado y manipulado, se verán dignificadas; los victimarios, por otro lado, podrán recuperar la dignidad de la cual ellos mismos se privaron, por el reconocimiento de sus actos inmorales y criminales



sábado, 24 de octubre de 2015

Colapso de la Civilización Maya.

La opinión general es que los mayas empezaron a desaparecer a mediados del siglo XIV, de tal forma que cuando los españoles llegaron al territorio Hondureño, Copán era una ciudad abandonada y sepultada en la selva.
Existen 5 factores clásicos que se cree fueron los fundamentales párale abandono de las ciudades estado mayas a finales del Clásico.
Problemas Ecológicos
Este se dio debido al tipo de agricultura practicada, básicamente la tala y la roza.  Con este sistema el suelo poco a poco va perdiendo sus nutrientes hasta agotarlo, cuando la tierra entonces no es fértil se trasladan los cultivos  a otro lugar.
La falta de agua y erosión se originaron por el agotamiento del suelo y la imposibilidad de realizar las siembras adecuadas en las épocas del año correspondientes.
Catástrofes
Terremotos, deslizamientos debidos a los derrumbes, fuertes huracanes y grandes inundaciones como corresponden al Área centroamericana por la inestabilidad de las mayas.
Desarrollo
Disminución de sus fuerzas productivas, desintegración en las relaciones de producción, crecimiento de la población, contradicciones internas en la sociedad Maya, esta determinada por el choque entre las Aristocracia sacerdotal y el pueblo.
Influyen 3 elementos para la estratificación de Clases de la Cultura Maya:
-La presencia de las motivaciones económicas en el estallido de la revuelta campesina
-La introducción de mercenarios del Valle de México con propósitos de control social, lo que habría dado lugar a una atmósfera de militarismo creciente y al enfrentamiento entre ciudades estado.
-El decaimiento moral por la introducción de ideologías decadentes.
Invasiones
Las migraciones del Valle de México, del área nahua poco a poco fueron introduciendo su cultura y haciendo desaparecer el sistema clásico de valores que ayudarían a el decaimiento de la civilización..
Cambio climático
La desintegración de la civilización maya se precipitó por tres sequías sucesivas prolongadas que alrededor de los años 810, 860 y 910 y que duraron aproximadamente una década cada una, coincidiendo con las tres fases del colapso de esta cultura, según las pruebas arqueológicas. Los intervalos de mayor sequía fueron breves cada uno con una duración de tres a nueve años pero ocurrieron durante un período extendido de reducción general de la precipitación pluvial, que pudo haber empujado al sistema maya al borde del colapso.
Sin embargo no todo es tan sencillo, ni la desaparición de unan civilización se puede atribuir a un único hecho aislado.
En el imaginario colectivo de los estudiosos de la civilización maya, existe la idea de que ésta tuvo un final dramático y súbito a finales del Clásico, de manera que como hemos enunciado previamente, en el siglo VIII la guerra fue endémica, el paisaje estaba debilitado, las ciudades abandonadas, y que los campos hasta entonces en producción volvieron a cubrirse por el bosque, tantas evidencias indicativas de una catástrofe social y ecológica. 
Estas ideas, bien asentadas en el corpus teórico tradicional de la mayística, y ahora criticadas por los investigadores, resultan de vez en cuando exacerbadas por distintos agentes, bien procedentes de otras disciplinas o desde medios más populares rayando con el esoterismo consiguiendo una mayor penetración en la sociedad que el derivado de años de esfuerzo científico. 
Estudios recientes han cambiado de forma decisiva el panorama clásico: incluso si sólo consideramos el marcador más arquetípico que sirvió para identificar el colapso, el fin del uso de la Cuenta Larga, el proceso dilató al menos entre el 760 y el 909 d.C. Si utilizamos otros parámetros de valoración, este proceso fue más duradero y manifiesta un elevado rango de variación en su carácter y escala (Demarest, Rice y Rice 2004; Webster 2002). 
Por otra parte, en el mundo maya prehispánico se han producido otros “mini-colapsos,” crisis, a nivel local y regional desde el Preclásico, fenómenos que los mayas fueron superando. 
Las evidencias que contestan el concepto de “colapso” maya han concluido en nuevas formas de considerarlo, definiéndolo desde una dinámica perspectiva que alterna etapas de crisis con momentos de estabilidad. 
De manera reciente, antropólogos culturales aplican el concepto de resiliencia, “la capacidad de un sistema para absorber los disturbios pero reteniendo su función y estructura básica,” para definir esta dinámica histórica (McAnany y Gallareta 2010). Según este diseño se pueden producir cambios en distintos niveles y con distintos ritmos: algunos evidencian aspectos dramáticos, pero no afectan por igual al conjunto del sistema, que verá cómo se transforman de manera definitiva algunas de sus estructuras, mientras que otras lo hacen lentamente e, incluso, persisten en el largo plazo (McAnany y Yoffee 2010: 10).
McAnany y Yoffee (2010: 5) emplean el siguiente simil: “el estudio del colapso es como cuando uno mira una fotografía digital en baja resolución: es nítida cuando es pequeña y compacta y se mira a distancia, pero se disuelve en partes desconectadas cuando se examina de cerca.” 
Los avances de la arqueología y la epigrafía permiten contemplar el pasado maya de manera más próxima, de modo que fenómenos que se consideraban generales como el colapso se han descompuesto en historias particulares que permiten su crítica y una mejor comprensión.
El colapso del mundo Maya Clásico demuestras ser un tema traumático por la dificultad de su comprensión, y ha ocupa una parte significativa de nuestra interpretación de esta civilización. Sin embargo, los avances alcanzados en estas últimas décadas permiten considerar la dinámica histórica de los mayas prehispánicos desde una perspectiva menos dramática e idiosincrásica, en consonancia con la dinámica histórica definida para otras civilizaciones. 
Los modernos programas arqueológicos y epigráficos permiten conocer una gran cantidad de historias particulares de ciudades y sus territorios, que sugieren desajustes de importancia en los modelos explicativos anteriormente construidos: ya no todos los sitios y regiones colapsan, los que sufren este proceso no lo hacen al mismo tiempo ni con la misma intensidad, no en todos intervienen las mismas causas y agentes, y en muchos se trata de una crisis más, quizás más fuerte, de una secuencia.

Palenque, Chiapas.
Códice Trocortesiano.

lunes, 19 de octubre de 2015

Pasiegos y Maragatos

1. PASIEGOS.
Habitaban el valle del Pas y del Miera y la comarca de las Machorras en las estibaciones del alto de Lunada y de Estacas de Trueba. Geográficamente pertenecían a dos provincias, Cantabria y parte de Castilla León. Al igual que los vaqueiros practicaban la transhumancia de montaña, viviendo en pequeños prados y en los meses estivales ascendiendo la montaña, formas de vida que se remontan al siglo XI. De manera administrativa los Valles del Pas no tenían entidad institucional propia, perteneciendo al Monasterio de Oña cedidos por el Conde Sancho García en 1011 con los derechos de pastizaje.  Hasta el año de 1689 las tres villas pasiegas no se constituyeron como villas independientes (habían dependido de Castilla, de Burgos, de Navarra y de Cantabria).
Las peculiaridades pasiegas se han transmitido hasta nuestros días.  Hoy, se puede considerar que los pasiegos son el único pueblo vivo, con sus campos, prados y ganado. Los pueblos de los pasiegos se constituyen en grupos de pequeñas casas que se agrupan en torno a una iglesia, cada prado o sel, posee estas cabañas, sencillas y austera de tejados de pizarra y dos plantas. La vida se desarrolla en la vivienda y en el prado, pese que con la industrialización y la expansión urbanita su ecosistema es uno de los que más se han dañado.
La estigmatización aunque menos intensa que la que sufrieron los pueblos que hemos visto previamente, también tuvo lugar y los pasiegos fueron vistos como aldeanos, pobres e incultos y a veces malencarados. El origen de la misma es dudosa, hay teorías en los que la creencia de su cercanía a diferentes razas como árabes y judíos pudo condicionar la inquina social, evidentemente muy poco probables. La realidad de la estigmatización reside en el aislamiento, la pobreza y la incultura. Al igual que los vaqueiros su folklore su cultura, viva incluso hoy, comparte rasgos comunes con un gran nivel de sincretismo entre lo cristiano y lo pagano, contando con un gran número de tradiciones y creencias comunes con otras culturas rurales.

2. MARAGATOS.
La peculiaridad de los maragatos es que no fueron un pueblo claramente estigmatizado. Nunca sufrieron las persecuciones de los anteriores y se mantuvieron orgullosos de su origen, incluso muchos tuvieron éxito en los negocios gozando de importantes fortunas. 
La maragatería se emplazaba en lo que hasta el siglo XIX se llamó la Somoza, espacio geográfico que ocupa esta comarca leonesa adscrita a la Diócesis de Astorga. El término maragato es muy reciente y en realidad su origen es dudoso, desde venir de mauri-copti o moro cautivo hasta que desemboca de mauriscato en maragato, otros defienden que procede de Maragat una provincia a orillas del Nilo, en fin sin demasiado fundamento. En realidad el término maragato se puede considerar que es reciente y puede venir del término mercader, lo cual es más factible, ya que consideraría el término nos desde el punto de vista etimológico, sino antropológico y etnológico.
Se establecieron desde la Edad Media en la provincia de León, que practicaron la endogamia y que su cultura se basó en la arriería. La leyenda sitúa su origen cercano a los moriscos, judíos y otros pueblos marginados. La forma tradicional de comportarse y vestir tan diferente al resto del país, con sus calzones grandes o bragas maragatas, sus sombreros de anchas alas tirando de un carro con mulas es la clásica descripción del maragato. Una vez que se van estableciendo en las urbes, renuncian a sus trajes tradicionales con la aculturación.
En la zona geográfica que nos ocupa, las gentes empezaron a dedicarse al comercio y a viajar, surgiendo un comercio arriero sin equivalentes en el país. La Maragatería era pobre en suelos de cultivo, lo que condicionó unas características sobrias y una necesidad de sus gentes de dedicarse al comercio. Sus casas y costumbres eran austeras sin lujos ni tentaciones. El hombre vivía en los caminos y las mujeres y los niños esperaban en el hogar. Según su economía y prosperidad debidos al comercio fueron mejorando, intentaron integrarse en una nobleza que en ocasiones salvo para mantener el comercio y las riquezas les cerró las puertas.
Las vestimentas en los hombres ya descritas, o los adornos típicos de las mujeres, colgados del pecho como un rosario, llamados arracadas (sartas que eran relicarios con figuras religiosas propias), fueron un signo de identidad mantenido incluso durante el siglo XIX. Curiosamente una tradición gastronómica y cultural ha llegado hasta nuestros días, quien no conoce el cocido maragato, en el que la sopa se sirve al final. La tradición nos dice que se come así porque durante la ocupación francesa se decidió ese orden para que pudiera dar tiempo, una de tantas teorías de las que existen. También las bodas, las fiestas han permanecido en el imaginario y la tradición hasta nuestros días. Hoy reconocemos prácticas recogidas en documentos como la covada, practicadas hasta hace un siglo: tras el parto el marido se colocaría suplantando a la madre quedando a solas un rato con el recién nacido, o permaneciendo los tres en la cama. En esta costumbre se ha visto la intención mágica de que el varón atraiga los malos espíritus, haciendo que la madre y el bebé que están más débiles quedaran protegidos. Estas prácticas ancestrales se han recogido también en otros pueblos del norte.
El aislamiento al que se sometieron los maragatos tiene un doble origen, en primer lugar el económico en los siglos XVI y XVII, cuando surge la pujanza económica de los mismos, despertando envidias y suspicacias entre los vecinos,  unos nuevos ricos ajenos a la nobleza eran considerados extraños y de ahí su relación con los judíos. El segundo, más tardío es el aislamiento voluntario al que se sometieron para conservar unas estrictas costumbres incluso en el seno de la familia.
A partir del siglo XX pasaron de viajantes a viajeros y a establecerse en núcleos urbanos, incluso migrando al Cono Sur, de hecho gran cantidad de maragatos migraron a la Patagonia y a Uruguay dejando su huella incluso en la vestimenta, que para algunos autores conformará la del moderno gaucho.




sábado, 17 de octubre de 2015

Los Vaqueiros de Alzada.

Se conoce por este nombre a un grupo de pastores dedicados a la transhumancia que habitan en las zonas montañosas de los concejos occidentales de Asturias.
Su dedicación al ganado en las zonas asturleonesas les otorgó en nombre de vaqueiros y de Alzada por la movilidad geográfica.
Una vez más una población transhumante choca directamente con las poblaciones fijas de la región, aldeanos ya sean de zona alta “xaldos” o próxima al mar “ribereños”. Los vaqueiros nacían y vivían en la Braña, es decir pequeños poblados ubicados en medio de las montañas asturianas, a una gran altura y con una población en torno a las cincuenta personas. La dedicación en la braña, donde pasan los inviernos, es hacia el ganado vacuno, aunque en menor medida también lanar y caballar, cultivando hierba y patatas como recurso agrícola. 
Hoy día es casi imposible saber de donde surgen las causas de la discriminación social, no obstante al ser más recientes que por ejemplo los agotes podemos tener más fuentes disponibles.  Posiblemente el modo de vida en la braña y la movilidad en relación a la vida sedentaria de la aldea, generan en esta una desconfianza hacia lo diferente: los vaqueiros no vivían en la aldea, ni pagaban impuestos, ni muchos de los niños iban a la escuela por ejemplo. Estas diferencias generaron la estigmatización y el rechazo, favoreciendo la endogamia y la generación de apellidos que limitan el origen vaqueiro. Con el tiempo en realidad un problema rural desembocó en un problema social siendo claramente repudiados por la sociedad asturiana. 
Según autores surgen a finales del XVI y el XVII aunque el origen concreto no es claro. Hay como en los agotes múltiples teorías de su procedencia aunque hoy día pensamos que pudieran proceder del mismo origen que el resto de los asturianos, puesto que no existe ningún tipo de diferencia entre unos y otros.
El vaqueiro vive para el ganado y la montaña, pasando el invierno y parte del otoño en las brañas, desplazándose en primavera a zonas más altas para que el ganado paste, recogiendo además hierba para después soportar el invierno.
Cuando bajaban a la aldea procuraban ir en grupo y mostrarse generosos y agradecidos en las ferias de ganado, en mercados, en cierres de negocios etc. 
Las fiestas en la braña eran en relación con el ganado y actos sociales como matrimonios etc. Y del habla vaqueira hoy se reconoce no como un dialecto, sino como una variedad del bable. 
Igual que con los agotes, la Iglesia aliada con los aldeanos, se negaba a dar el mismo tratamiento a los vaqueiros, en parte por su falta de contribución, también por no seguir de manera rigurosa los rituales eclesiásticos y por la desconfianza al estar separados de la iglesia. Por su parte los vaqueiros construyen un mundo espiritual a su medida, profundamente cristiana, pero compatibilizando de manera sincrética tradiciones paganas, con conjuros, ensalmos, oraciones propias exclusivamente de ellos.
Los vaqueiros fueron estigmatizados durante cuatro siglos, realizándose la apertura social a partir de mediados del XIX,  aunque permaneciera en el imaginario colectivo un cierto rechazo, pensemos que para parte de la sociedad descendían de moros, con el rechazo que en tierras astures esto suponía.
Hoy día en un mundo desarrollado el vaqueiro se ha perdido, se produce la emigración a las ciudades abandonando las brañas e integrándose en las aldeas.

viernes, 16 de octubre de 2015

Los Agotes

Tenemos noticias en las fuentes escritas y en la tradición oral de su discriminación desde el siglo XV, manteniéndose incluso hasta los principios del siglo XX. En Arizkun, en el barrio de Bozate incluso hoy día se puede respirar ese miedo ancestral. Parece mentira pero hoy, en pleno siglo XXI, existe el silencio por respuesta. Es muy raro que los vecinos se decidan a hablar de lo que fueron los agotes y sus descendientes.
El término agote de hecho es bastante reciente en la literatura, llegándonos desde el siglo XVIII, en siglos anteriores, debido en parte a la tradición oral, eran conocidos como cagots en el área francesa, de cuyo término derivaría agote o agota o el plural en euskera agotak y cuyo significado podría ser perro godo, can-got como veremos más adelante. También se les conocía como gafos, término que hace relación a la lepra, al igual que ladres, mesillos (terminología empleada en Navarra).
Su origen es tan dudoso y tan oscuro como la información que ha llegado a nuestras manos. La teoría más aceptada, puesta hoy en duda, es que podría proceder de los antiguos godos que habrían dominado la Aquitania, dando mala vida a los vascones, y que posteriormente se hicieron cristianos. La etimología de la palabra agote vendría de ca-got o perro godo, de ahí posteriormente cagot (en Francia) o agote. Pero realmente en los siglos posteriores a la breve dominación goda, no tenemos constancia de estos términos. En realidad las primeras crónicas “fiables”, parecen reconocer a los agotes como leprosos. Curiosamente este supuesto origen es la causa de su estigmatización, al portar y padecer la considerada “lepra blanca” de origen hereditario, tenían una particular fetidez, un aliento corrompido, falta de lóbulos en sus orejas y otra serie de peculiaridades físicas. No obstante si eran considerados enfermos ¿porque en la sociedad de la época no se les recluyo de manera definitiva?, etiquetar como leprosos a una comunidad tanto tiempo parece algo poco creíble, puesto que gozaban de buena salud. No tenemos respuesta.
Una última teoría los otorgaría un origen cátaro, producto de las migraciones de los mismos en Europa, pertenecientes a los gremios de artesanos y obreros.
La segregación fue tan brutal que no podían entrar a la iglesia por donde entraban en resto de los cristianos, no podían compartir la pila bautismal ni otros sacramentos como la comunión, no era posible que pudieran establecerse dentro del ámbito urbano y tampoco tenían derechos de vecindad aunque llevaran tiempo residiendo en el lugar. Era de obligado cumplimiento que se identificaran como agotes y además se les obligaba a practicar la endogamia. Se les acusaba de herejes aunque eran cristianos, de leprosos, de portar epidemias, etc.
En el suroeste francés fueron también muy numerosos, conocidos como cagots, sin embargo la documentación se perdió durante la Revolución, puesto que fueron los primeros interesados en que se perdieran sus orígenes al convertirse en ciudadanos republicanos de pleno derecho.
A los agotes que residían en el País Vasco y País Vasco Francés cuando se movilizaban se les imponía a llevar algún distintivo especial, por lo general una pata de ganso, o en su lugar un pedazo de tela con la forma de la pata del palmípedo, que finalmente se sustituyó por un trapo rojo cosido a la ropa. En algunas zonas se les obligaba a llevar una campanilla que fuera anunciando su presencia. Se les prohibió la entrada a determinadas zonas de la comunidad y quedando reducidos a determinadas zonas del núcleo urbano, se les obligaba a permanecer en ellas, no permitiendo que visitaran ciertas zonas comunales como ríos, fuentes, determinados barrios etc.
Físicamente, aún dados la endogamia y lo poco numeroso del grupo hoy día sus descendientes son exactamente iguales que el resto de la población, tenemos que tener en cuenta que en Bozate encontramos apellidos de clarísima procedencia agote. Es curioso como las descripciones son muy variables, los autores que defienden su procedencia germánica los describen como rubios y corpulentos, los que se inclinan por su procedencia sureña, más bajitos y morenos. El propio Pío Baroja describe a los agotes de Bozate como fenotipo centroeuropeo, no obviando que algunos ancianos agotes podían tener rasgos más morenos o mediterráneos, lo cual defendería un tipo mixto, más en consonancia con una sociedad donde posiblemente la endogamia ya no se llevaba tan a rajatabla. Su sobrino Julio Caro Baroja, se inclina a la descripción física centroeuropea.
No tenemos constancia de que pudieran presentar anomalías genéticas o alguna característica peculiar, pero la estigmatización lo que hace en ocasiones es inventarlas directamente y se les acusó de cierto grado de idiotez hereditaria, de cretinismo, de ser enanos montañeses similares a los pigmeos, de trabajar sin educación y de solo ser capaces de trabajar en el campo, de lujuriosos, de excesivamente tímidos etc.
Lo que si podemos afirmar es que demasiado sufrimiento heredado por estos pueblos y que incluso hoy día, pretender mantener el silencio es producto del estigma y de la presión social que sufrieron estas pobres gentes.




martes, 6 de octubre de 2015

Totemismo

El grupo totémico es un conjunto que abarca el tótem, es decir, un objeto de la
naturaleza o un fenómeno natural como el sol, la luna, la lluvia, el agua, el fuego, o más frecuentemente plantas o animales, y por otra, a los hermanos de tótem, las personas pertenecientes al grupo, que son denominadas según el tótem y creen poseer una especie de comunidad de sangre con él.
Los ritos son muy importantes, para favorecer al tótem, y si es planta o animal, promover su crecimiento y multiplicación.
Mercedes de la Garza nos lo describe de la siguiente manera: el totemismo es la relación permanente de carácter mágico, mítico y de parentesco de un clan con animales, plantas u objetos considerados como tótems. El tótem es patrono, auxiliador, compañero o pariente. Hay nombres y emblemas relacionados con él; una identificación con el mismo; prohibición de matarlo, de comerlo o de tocarlo, u obligación de comerlo, y un
ritual a su alrededor. En torno a esta creencia hay multitud de mitos acerca de la descendencia común del tótem y sobre sus aventuras con el antepasado humano del grupo. Entre los tabúes está la prohibición de casarse dentro del mismo grupo totémico (exogamia), que es una de las notas definitorias por excelencia del totemismo.
En la actualidad se han delimitado ya las distintas esferas en las relaciones del hombre con los animales: la zoolatría nada tiene que ver con el totemismo; el "totemismo individual", o creencia en un a ter ego zoomorfo, tampoco parece tener mucha relación, incluso, la creencia en un animal antepasado, es más bien, una forma de relación mística del cazador con su caza, en las sociedades de cazadores, y es preferible no incluirla
dentro del totemismo.
Resumiendo, el totemismo sería una de las formas de simbolismo animal, el cual es muy rico y no es exclusivo de las culturas cazadoras, sino que lo encontramos en diversos contextos religiosos de distintos niveles culturales.
Vamos a ir viendo unos ejemplos y ahondaremos más en otra forma de relación con los animales, los naguales mesoamericanos.
Así vemos en la antigua religión egipcia un gran número de animales sagrados: toros, cameros, cocodrilos, gatos, peces, serpientes, a los cuales los visitantes de los santuarios les llevaban ofrendas. Los dioses eran antropozoomorfos o tenían un aspecto humano y otro animal; y ciertos animales sagrados eran considerados como el "alma", ba, de los
dioses, por ejemplo, el Carnero de Mendes, que incorporaba las almas de los cuatro grandes dioses Ra, Shu, Geb y Osiris.
Entre los pieles rojas de Estados Unidos, los animales tienen tales poderes que enseñan a los hombres los ritos que deben practicar y les dan los remedios contra las enfermedades. En los antiguos celtas, los dioses pueden transformarse en animales para lograr sus propósitos. Cada dios, al mismo tiempo, se acompaña de su propio animal.

BANEBDYEDET: Ba, Señor de Mendes.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Monstruos de lo físico

Son aquellos que hoy día pertenecen al ámbito de la ciencia médica: gemelos siameses, enanos, gigantes, obesos, labios leporinos, hermafroditas, elefantiásicos, patizambos, paticortos, cuernos y dermatosis varias etc.
Rompen la perfección del cuerpo del hombre, constituyen el caos, el error de Dios, los hijos del pecado, de lo proscrito, pero a veces en otras culturas se hallan mucho más cerca de lo sagrado, siendo intermediarios con los dioses en el destino de los hombres. También según la época histórica constituyen fenómenos de experimentación.
De este grupo podemos hablar realmente a partir del Renacimiento y la Ilustración, tengamos en cuenta que es cuando se empieza a desarrollar la ciencia moderna.

«Las causas de los monstruos son varias. La primera es la gloria de Dios. La segunda, su cólera. Tercera, la cantidad excesiva de semen. Cuarta, su cantidad insuficiente. Quinta, la imaginación. Sexta, la estrechez o reducido tamaño de la matriz. Séptima, el modo inadecuado de sentarse de la madre, que, al hallarse encinta, ha permanecido demasiado tiempo sentada con los muslos cruzados u oprimidos contra el vientre. Octava, por caída, o golpes asestados contra el vientre de la madre, hallándose ésta esperando un niño. Novena, debido a enfermedades hereditarias o accidentales. Décima, por podredumbre o corrupción del semen. Undécima, por confusión o mezcla de semen. Duodécima, debido a engaño de los malvados mendigos itinerantes. Y decimotercera, por los demonios o diablos.» 
(Ambroise Paré; Monstruos y prodigios edición de Siruela, col. Biblioteca sumergida, en 1987).

Una parte importante de la teratología renacentista se crea en la observación de procesos biológicos anormales, registrados en una exhaustiva literatura médica elaborada con una enorme curiosidad científica y grandes dosis de ingenuidad. Los monstruos de este tipo son portentos individuales: criaturas malformadas con deformidades físicas o fruto de partos anómalos; otras con trasmutaciones producidas por hibridación -pues se aceptaba la posibilidad de fecundaciones entre especies diferentes- y otros con una serie de enfermedades que condicionaba su apariencia física.
Ambroise Paré, cirujano francés padre de la moderna cirugía,  por su parte, realizó una recopilación en su libro Monstruos y prodigios  en 1575, obra con voluntad científica y en el fondo con mucha imaginación.

“Los monstruos son cosas que parecen fuera del curso de la Naturaleza (y que en la mayoría de los casos constituyen signos de alguna desgracia que ha de ocurrir), como una criatura que nace con un solo brazo, otra que tenga dos cabezas y otros miembros al margen de lo ordinario. Prodigios son cosas que acontecen contra la naturaleza, como una mujer que dé a luz una serpiente o un perro, o cualquier otra cosa opuesta a la Naturaleza” 
(Ambroise Paré; Monstruos y prodigios edición de Siruela, col. Biblioteca sumergida, en 1987).

Otros autores lo hicieron desde la perspectiva de la ciencia médica y los estudios anatómicos, biológicos o zoológicos como Ulisses Aldrovandi, autor de Monstrorum historiae, cum paralipomenis historiae omnium animalium, en 1642, que servirá de base para toda zoología y botánica posterior; la de Conrad Gessner, Historiae animalium en 1558, padre de la zoología moderna, o en el siglo XVII, la de Fortunio Liceti, cuya obra De monstruorum causis, natura et differentis  en 1616.
Desde el arte, Alberto Durero, realiza los grabados que posteriormente formarían parte de las grandes cosmografías enciclopédicas de aquella época y de los gabinetes de curiosidades.
En la mentalidad de la época renacentista y barroca, todo lo portentoso tenía una razón de ser, los monstruos eran designios divinos y existían para mostrar o anunciar algo que debía ser interpretado y atendido. Mientras científicos y naturalistas se esforzaban en desentrañar su misterio formal, abundaban los adivinos y agoreros empeñados de leer el futuro y descubrir los misterios que estos seres anunciaban, por lo general acontecimientos catastróficos. 
Sin embargo en el periodo de la Ilustración, en el siglo XVIII inicialmente los primeros años constituyeron un objeto de contemplación resultado de una naturaleza juguetona, y admirados por los científicos como hermosos y a finales de siglo fueron representados directamente como objetos bellos, porque toda deformación seguía ciertas regularidades de la naturaleza, lo que supuso su muestra en museos y que cierta sociedad no científica sino con poder económico, tuviera acceso a su disfrute visual. Por otra parte los científicos evolucionan hacia la participación directa, insistiendo en las disecciones e investigación en cuerpos muertos y también en cuerpos vivos, considerados en ocasiones como seres inferiores sin sufrimiento. En los siglos XVII y XVIII, vamos a mostrar un ejemplo, los anatomistas se quejaban de que los padres de las criaturas monstruosas no daban su autorización para realizar las disecciones e insistían en enterrarlos cristianamente, puesto que la Iglesia aceptaba a estas criaturas como seres humanos y si nacían vivos, se les podía bautizar. El tocólogo de Gottingen, Friedrich Benjamín Osiander informó del caso de un hombre que había perdido a su mujer y a su hijo con dos cabezas de que no quería que se llevara el cadáver para su colección. Tras el funeral incluso el hombre temía que robaran el cadáver, puesto que los médicos deseaban en exceso estas monstruosidades para sus colecciones, descalificando como supersticiones los deseos de los padres.
Estas actitudes de morbo social, en el siglo XIX y parte del XX dieron paso a los mercaderes de ferias que comerciaron con la triste realidad de algunos seres humanos.

Monstruos dibujados por Ulisse Aldrobandi en el S.XVI; cada imágen se acompaña de una leyenda:

1.-En alguna isla del mar Caspio hay leones como el que se ve, tienen rostro humano pero son salvajes y feroces...
2.-En el último lugar de África, al final de la tierra, hay hombres que son del todo humanos excepto porque tienen el cuello de grulla y en el rostro, pico y barba de gallo...
3.-En el país del gran Tamerlán hay centauros de esta forma...
4.-En algún lugar de Tartaria se han encontrado monstruos como el que veis, tienen un cuello largo sobre el busto y en el extremo una cabeza de grifo, y en el pecho un rostro humano...

sábado, 26 de septiembre de 2015

Los animales y la muerte I

Pueden los animales predecir desgracias, fallecimientos, cataclismos. Existe una conexión con el inframundo con distintas especies...

El animal abre ante mí una profundidad que me atrae y que me es familiar. Esa
profundidad en cierto sentido la conozco: es la mía. Es también lo que me es más
lejanamente escamoteado, lo que merece ese nombre de profundidad que quiere decir con precisión o que me escapa... no es siempre, y nunca lo es del todo, reductible a esa especie de realidad inferior que atribuimos a las cosas. Un no sé qué de dulce, de secreto y de doloroso prolonga en esas tinieblas animales la intimidad del fulgor que vela en nosotros”.
Georges Bataille, Teoría de la religión.

 El hombre moderno, el habitante de las ciudades, ha perdido por lo general el vínculo con los animales, también ha perdido su capacidad de asombro y reverencia frente a la naturaleza, y de la misma manera ha perdido parte de su humildad y religiosidad.
Sin embargo, para los hombres antiguos y para aquellos contemporáneos al margen de las grandes corrientes de la civilización, considerados primitivos o salvajes, el mundo que rodea al ser humano se encuentra plagado de misterios y de fuerzas sobrehumanas.
Podríamos decir que es parte de una experiencia religiosa, en la que voluntades y poderes divinos se manifiestan y actúan sobre el mundo en forma de seres diversos. Los animales como parte de estos seres van a tener un fuerte protagonismo, porque son
poseedores de una fuerza vital y un poder físico que sobrepasan lo humano (viven bajo el agua, vuelan, tienen garras…). 
De esta manera los animales se ubican dentro de lo divino, bien como símbolos de diversas ideas, bien como deidades o representantes de ellas.
Los animales son seres expresivos que permiten intentar una comunicación con ellos, estableciendo lazos de dominio, sumisión, resultantes de una lucha por la supervivencia, también de amistad, amor, consubstancialidad y hasta de parentesco. Estos lazos hacen que los animales actúen como demiurgos entre el hombre y aquello que es más lejano y
extraño: el cielo, el inframundo, la vida y la muerte. Dice Mircea Eliade:
Aprender el lenguaje de los animales, y en primer lugar el de las aves, equivale, en cualquier parte del mundo, a conocer los secretos de la naturaleza y, por tanto, a poder profetizar. El lenguaje de los pájaros se aprende por lo común comiendo carne de serpiente o de otro animal tenido como mágico. Estos animales pueden revelar los secretos del porvenir, porque son considerados como receptáculos de las almas de los muertos o las epifanías de los dioses. Aprender su lenguaje, imitar su voz, equivale a poder comunicarse con el más allá y con los cielos”.

Cueva de Tito Bustillo, Asturies.