El grupo totémico es un conjunto que abarca el tótem, es decir, un objeto de la
naturaleza o un fenómeno natural como el sol, la luna, la lluvia, el agua, el fuego, o más frecuentemente plantas o animales, y por otra, a los hermanos de tótem, las personas pertenecientes al grupo, que son denominadas según el tótem y creen poseer una especie de comunidad de sangre con él.
Los ritos son muy importantes, para favorecer al tótem, y si es planta o animal, promover su crecimiento y multiplicación.
Mercedes de la Garza nos lo describe de la siguiente manera: el totemismo es la relación permanente de carácter mágico, mítico y de parentesco de un clan con animales, plantas u objetos considerados como tótems. El tótem es patrono, auxiliador, compañero o pariente. Hay nombres y emblemas relacionados con él; una identificación con el mismo; prohibición de matarlo, de comerlo o de tocarlo, u obligación de comerlo, y un
ritual a su alrededor. En torno a esta creencia hay multitud de mitos acerca de la descendencia común del tótem y sobre sus aventuras con el antepasado humano del grupo. Entre los tabúes está la prohibición de casarse dentro del mismo grupo totémico (exogamia), que es una de las notas definitorias por excelencia del totemismo.
En la actualidad se han delimitado ya las distintas esferas en las relaciones del hombre con los animales: la zoolatría nada tiene que ver con el totemismo; el "totemismo individual", o creencia en un a ter ego zoomorfo, tampoco parece tener mucha relación, incluso, la creencia en un animal antepasado, es más bien, una forma de relación mística del cazador con su caza, en las sociedades de cazadores, y es preferible no incluirla
dentro del totemismo.
Resumiendo, el totemismo sería una de las formas de simbolismo animal, el cual es muy rico y no es exclusivo de las culturas cazadoras, sino que lo encontramos en diversos contextos religiosos de distintos niveles culturales.
Vamos a ir viendo unos ejemplos y ahondaremos más en otra forma de relación con los animales, los naguales mesoamericanos.
Así vemos en la antigua religión egipcia un gran número de animales sagrados: toros, cameros, cocodrilos, gatos, peces, serpientes, a los cuales los visitantes de los santuarios les llevaban ofrendas. Los dioses eran antropozoomorfos o tenían un aspecto humano y otro animal; y ciertos animales sagrados eran considerados como el "alma", ba, de los
dioses, por ejemplo, el Carnero de Mendes, que incorporaba las almas de los cuatro grandes dioses Ra, Shu, Geb y Osiris.
Entre los pieles rojas de Estados Unidos, los animales tienen tales poderes que enseñan a los hombres los ritos que deben practicar y les dan los remedios contra las enfermedades. En los antiguos celtas, los dioses pueden transformarse en animales para lograr sus propósitos. Cada dios, al mismo tiempo, se acompaña de su propio animal.
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