En cuanto al sueño, la relación entre la luna y el hombre ha sido y sigue siendo un misterio plagado de mitos y leyendas.
Francisco Javier Puertas, especialista en la Unidad del Sueño del Hospital Quirón de Valencia argumenta que se duerme peor porque hay una mayor exposición a la luz ambiental. En la retina hay unas células que detectan la luz, sobre todo la blanca (como la de la luna). Estas células están conectadas al núcleo nucleo supraquiasmatico, que es el reloj biológico, de tal forma que la presencia de luz inhibe la secreción de melatonina y por la noche, la secreción de esta sustancia puede afectar al sueño.
Investigadores de la Universidad de Basilea en Suiza ha observado que durante las noches de plenilunio, es más difícil conciliar el sueño y se duerme peor.
El estudio se realizó en el laboratorio, donde los humanos desconocían las fases lunares. A través del EEG, los movimientos oculares y las secreciones hormonales, vieron que los humanos responden a los ritmos geofísicos de la luna.
En las noches de luna llena, la actividad cerebral relacionada con el sueño profundo se redujo en un 30%, tardaron 5 minutos más en quedarse dormidos y se despertaron 20 min antes. Los niveles de melatonina resultaron más bajos. Estos hallazgos, en palabras de los investigadores, nos dicen que esto es la herencia de un pasado en el que la luna podría haber sincronizado los comportamientos humanos con fines reproductivos o de otro tipo, como también ocurre en animales.
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