viernes, 1 de enero de 2016

Vampirismo y enfermedad en la historia I

Desde Gilles de Rais (1400-1440), antiguo compañero de armas de Juana de Arco, que torturó y asesinó a unos 300 niños, pasando por la condesa Erzsébet Báthory, hasta épocas por desgracia muy actuales vamos a ver una serie de asesinos múltiples con características muy similares entre todos ellos.

Bela Kisz.
Es conocido en la historia del crimen como el primer vampiro moderno, iniciando su actividad en 1912  tras una infidelidad de su esposa. En la guerra de 1914, se pensó que había muerto, y cuando las autoridades entraron en sus propiedades descubrieron dos barriles metálicos con los cuerpos de su mujer y su vecina, además de diecisiete barriles con otras tantas mujeres en su interior que habían sido estranguladas y presentaban  heridas en el cuello. Nunca fue encontrado, considerándole desaparecido en la guerra.

Peter Kürten (1883-1931).
Llamado "El Vampiro de Düsseldorf", inició sus actividades muy joven, torturando y asesinando a pequeños animales. Sin embargo a los cinco años quiso ahogar a un compañero en una embarcación y a los nueve preparó un accidente con el triste desenlace de la muerte de dos niños. 
Más tarde fue condenado por delitos como robo o deserción de sus obligaciones militares, sin embargo no hay descripciones que nos lo muestren como un sociópata, al contrario, es descrito como un hombre tranquilo y amable. 
El primer crimen que se le atribuye es el de una niña de ocho años en 1913, posteriormente fue acusado de nueve asesinatos más  y siete intentos fallidos. Murió sin presentar signos de arrepentimiento o culpa. Se le atribuye la frase antes de ser guillotinado: "Después de que me decapiten, podré oír por un momento el sonido de mi propia sangre al correr por mi cuello. Ese será el placer para terminar con todos los placeres". 
Fritz Lang (1931) llevó la historia al cine con el nombre de M, el vampiro de Dusseldorf. Su protagonista, Peter Lorre hacía una soberbia interpretación . 

Vampiros del siglo XX-XXI.
En los 70 y 80 del pasado siglo, el milanés R. Antonio Cirillo y el norteamericano Richard Trenton Chase, conocido como "El Vampiro de Sacramento", quien testificó que necesitaba beber sangre para renovar la suya. John Crutchley que en 1985 mantuvo prisionera a una de sus víctimas para beber su sangre (además de otros crímenes reconocidos). 
James Riva, que mató a su abuela en 1980 para beber su sangre para defenderse, ya que creía que era una vampira que se alimentaba de él durante el sueño.
En 1991 Marcello de Andrade mató 14 jóvenes en Río de Janeiro, con el fin de que la sangre de las víctimas le mantuviera más joven. 
El caso más reciente es el de Allan Menzies, escocés de 22 años adicto al cine, obsesionado con la película La Reina de los Condenados de Michael Rymer (2002), basada en la novela de Anne Rice. Fue detenido por el asesinato de Thomas Mc Kendrick, el amigo de su edad que le había pasado la película. Fue capaz de ver de manera compulsiva la película más de 100 veces según declaró, haciendo un pacto con Akesha, interpretada por la fallecida cantante estadounidense Aaliyah, para que le hiciera inmortal si mataba a alguien. 
Allan asesinó a su amigo asestándole 42 puñaladas y destrozándole la cabeza a martillazos; como fin del ritual sangriento bebió su sangre e ingirió parte de su cerebro. En 2003 fue condenado a cumplir al menos 18 años en prisión sin posibilidad de salir en libertad condicional. El 15 de Noviembre de 2004 apareció muerto en su celda, se calificó de suicidio. No presentó arrepentimiento y durante unos años pensó que era inmortal. 



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