Si profundizamos en la bibliografía histórica y antropológica sobre la parálisis del sueño, encontramos que a nivel cultural se va a conocer desde siempre. En la Inglaterra antigua, en Suecia y en países del Norte de Europa se conocía como aere o The Old Hag, la Vieja Bruja, mujer maldita, con diferentes nombres según el país, que ataca durante el sueño, definiéndose como un ser maligno que se situaba en el pecho del durmiente. En Islandia se llama tener una ara identificado con un duende o un súcubo. Otras culturas europeas presentan variaciones del mismo folklore, llamándola con diferentes nombres: proto-germánico/maron; inglés antiguo/mare-maere; alemán: mahr; etc
En Fidji, llamada kana tevoro, se interpreta como una posesión demoníaca, o que el demonio trata de devorar a la víctima o también el espíritu de un difunto pariente que ha vuelto para terminar algo que quedaba pendiente.
En Turquía se denomina karabasan y un espíritu o djinn, de tipo demoníaco ataca a la persona. La manera de defenderse es a través del Corán de manera popular.
En Africa y sobre todo en Nigeria se percibe como el ataque demoniaco del “Diablo en la espalda”. Siendo más frecuente por motivos culturales en la población negra. Por ejemplo en Etiopía se utiliza la palabra dukak, que se cree que es un espíritu maligno que posee la gente durante su sueño.
De manera muy similar en China se conoce como “fantasma sobre el cuerpo” o “fantasma en la cama” y también en el resto de Oriente, por ejemplo en Corea, en Camboya, en Indonesia, en Vietnam, se asocia con espíritus que se colocan en la espalda o en el pecho intentando matar a la persona sujetándola.
En México y otras regiones de América, desde el Sur de Estados Unidos al área Andina se cree que es causada por el espíritu de una persona muerta que se acuesta sobre el cuerpo de la víctima para dormir, sin permitir a la víctima el movimiento, conociéndose como “subirse el muerto”, con connotaciones muy sincréticas con el cristianismo y las creencias actuales.
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