El empalamiento era un medio especialmente sádico de ejecución en el siglo XV, las víctimas sufrían un dolor insoportable durante horas, incluso días, hasta que fallecían. Aunque era el castigo de elección del voivoda, aparentemente empleó otros medios de tortura. Uno de los panfletos alemanes que circularon en su contra (Nuremberg 1488) nos relata empalamientos de madre y niños juntos, también la forma de hervir en ollas a sus enemigos y de decapitarlos lentamente para que sufriesen más. Otra crónica nos cuenta como unos 300 gitanos entraron en su país, con el fin de castigarlos seleccionó a unos cuantos de ellos, a los que asó y obligo a que fueran comidos por el resto.
Un hecho famoso es cuando hizo una invitación a todos los pobres y enfermos en Valaquia para que acudieran a Targoviste para una gran fiesta, alegando que nadie debería pasar hambre en su tierra. Tras el banquete les preguntó si querían estar sin preocupaciones y vivir de esa manera. Ante la respuesta afirmativa ordenó cerrar la sala y prendió fuego. Drácula explicó su acción a los boyardos, alegando que lo hizo, "con el fin de que no representaran una carga para los demás, y nadie fuera pobre en mi reino."
Tampoco soportaba el pillaje y el robo, cuyos castigos eran evidentemente la muerte bajo tortura.
Sus atrocidades más terribles fueron cometidas contra los alemanes (sajones) de Transilvania, comenzando con redadas en varias ciudades, en 1460, arrasó poblaciones enteras y llegó a asesinar a más de 30.000 hombres.
Pero el incidente que iba a causar el mayor daño a su reputación se llevó a cabo en Brasov. En 1459 los comerciantes locales se negaron a pagar impuestos a pesar de las repetidas advertencias, Vlad asaltó Brasov, quemó todo un suburbio, y empaló numerosos cautivos. La escena ha sido inmortalizada en un grabado en madera especialmente que apareció como el frontispicio de un folleto impreso en Nuremberg en 1499. Representa a Vlad en una comida mientras que las víctimas empaladas están muriendo a su alrededor. Mientras come, sus secuaces están cortando las extremidades de otras víctimas justo al lado de su mesa.
Vlad Tepes sin embargo es una figura importante en la historia rumana. Por un lado, él fue uno de los voivodas que contribuyeron a la construcción del estado de una Valaquia independiente y por otro defendió el territorio del Imperio Otomano. En cuanto a la brutalidad de sus castigos, sus defensores señalan que sus acciones no eran más crueles que los de varios otros gobernantes tardo-medievales o del principio del Renacimiento europeos como Luis XI de Francia, Fernando de Nápoles, César Borgia de Italia, e Iván el Terrible de Rusia.
La pregunta a plantear es la siguiente, ¿es posible realizar semejante masacre, aniquilar a más de 30.000 hombres sin que haya ninguna crónica sobre enfermedades, peste u otros males derivados de la descomposición de los cuerpos?. Es decir que hacían con los cadáveres, para evitar las consecuencias enunciadas. Y si continúamos indagando, como se mata a 30.000 personas, donde se colocan, que extensión de terreno se necesita, cuantos soldados que las lleven a cabo, 100 soldados pueden matar a 3000 personas... y en ¿cuanto tiempo?.
En fin las dudas históricas que surgen siempre con las versiones parciales de la historia. No es lo mismo la visión de los vencedores que la de los vencidos.
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