viernes, 22 de enero de 2016

División clásica de los asesinos

Al margen de la definición de psicópata, clásicamente en Criminología se han dividido los asesinos en:
Asesino Depredador: aquellos que actúan a “sangre fría” sin ninguna emoción.
Asesino Afectivo: sería apasionado y de “sangre caliente” que comete el crimen en un momento de emoción sin control.
La diferencia en la forma de actuar de ambos radica en lo siguiente, que la corteza prefrontal (que controla los impulsos agresivos) de los asesinos afectivos presenta tasas de actividad bajas. Los asesinos depredadores tienen un funcionamiento prefrontal relativamente bueno, apoyando la hipótesis de que una corteza prefrontal mejor funcionante les permite mantener bajo control su comportamiento, consiguiendo sus fines.
Los dos grupos de asesinos se caracterizan porque presentan mayores tasas de actividad en la subcorteza derecha (definida como el cerebro medio, la amígdala, el hipocampo y el tálamo, recordemos, el sistema límbico), pero los más letales son los depredadores,
quizá la causa pueda encontrarse en las estructuras subcorticales.
Los asesinos depredadores tienen un funcionamiento prefrontal suficientemente bueno como para regular sus impulsos agresivos, manipulando a otros para alcanzar sus
propias metas. Sin embargo, los asesinos afectivos, al carecer de control prefrontal sobre sus impulsos, tienen arranques agresivos puntuales incontrolados que les pueden llevar al crimen.
Por otra parte no podemos olvidarnos del ambiente donde se crece y se vive y la forma de influir de este. Los estudios encontraron que asesinos de hogares relativamente buenos y estables tenían un funcionamiento prefrontal derecho muy bajo, siendo la deficiencia biológica la causante de su comportamiento. Sin embargo si el delincuente tiene un entorno familiar malo, entonces lo más probable es que el origen de su
violencia se halle en ese mal ambiente, actuando como desencadenante o impulsor.
Y finalmente comentar que los más modernos estudios en genética y genética molecular nos permiten explorar los mecanismos genético-moleculares, bioquímicos y hormonales implicados en las distintas vías neurofisiológicas moduladas por genes candidatos,
pudiendo explicarnos más allá las diferencias individuales en la expresión de la psicopatía. Por ejemplo las variantes génicas de los genes OXT y OXTR (oxitocina y receptor de oxitocina) y el sistema 5-HT, modulan respuestas como la memoria y toma de decisiones. Las implicaciones genéticas pueden darnos pistas sobre una vía de
asociación molecular que permitiría aumentar los conocimientos sobre la génesis de la psicopatía, el comportamiento antisocial y la agresión.


lunes, 11 de enero de 2016

Vlad Tepes y el empalamiento

El  empalamiento era un medio especialmente sádico de ejecución en el siglo XV, las víctimas sufrían un dolor insoportable durante horas, incluso días, hasta que fallecían. Aunque era el castigo de elección del voivoda, aparentemente empleó otros medios de tortura. Uno de los panfletos alemanes que circularon en su contra (Nuremberg 1488) nos relata empalamientos de madre y niños juntos, también la forma de hervir en ollas a sus enemigos y de decapitarlos lentamente para que sufriesen más. Otra crónica nos cuenta como unos 300 gitanos entraron en su país, con el fin de castigarlos seleccionó a unos cuantos de ellos, a los que asó y obligo a que fueran comidos por el resto.
Un hecho famoso es cuando hizo una invitación a todos los pobres y enfermos en Valaquia para que acudieran a Targoviste para una gran fiesta, alegando que nadie debería pasar hambre en su tierra. Tras el banquete les preguntó si querían estar sin preocupaciones y vivir de esa manera. Ante la respuesta afirmativa ordenó cerrar la sala y prendió fuego. Drácula explicó su acción a los boyardos, alegando que lo hizo, "con el fin de que no representaran una carga para los demás, y nadie fuera pobre en mi reino."
Tampoco soportaba el pillaje y el robo, cuyos castigos eran evidentemente la muerte bajo tortura.
Sus atrocidades más terribles fueron cometidas contra los alemanes (sajones) de Transilvania, comenzando con redadas en varias ciudades, en 1460, arrasó poblaciones enteras y llegó a asesinar a más de 30.000 hombres. 
Pero el incidente que iba a causar el mayor daño a su reputación se llevó a cabo en Brasov. En 1459 los comerciantes locales se negaron a pagar impuestos a pesar de las repetidas advertencias, Vlad asaltó Brasov, quemó todo un suburbio, y empaló numerosos cautivos. La escena ha sido inmortalizada en un grabado en madera especialmente que apareció como el frontispicio de un folleto impreso en Nuremberg en 1499. Representa a Vlad en una comida mientras que las víctimas empaladas están muriendo a su alrededor. Mientras come, sus secuaces están cortando las extremidades de otras víctimas justo al lado de su mesa.
Vlad  Tepes sin embargo es una figura importante en la historia rumana. Por un lado, él fue uno de los voivodas que contribuyeron a la construcción del estado de una Valaquia independiente y por otro defendió el territorio del Imperio Otomano. En cuanto a la brutalidad de sus castigos, sus defensores señalan que sus acciones no eran más crueles que los de varios otros gobernantes tardo-medievales o del principio del Renacimiento europeos como Luis XI de Francia, Fernando de Nápoles, César Borgia de Italia, e Iván el Terrible de Rusia.
La pregunta a plantear es la siguiente, ¿es posible realizar semejante masacre, aniquilar a más de  30.000 hombres sin que haya ninguna crónica sobre enfermedades, peste u otros males derivados de la descomposición de los cuerpos?. Es decir que hacían con los cadáveres, para evitar las consecuencias enunciadas. Y si continúamos indagando, como se mata a 30.000 personas, donde se colocan, que extensión de terreno se necesita, cuantos soldados que las lleven a cabo, 100 soldados pueden matar a 3000 personas... y en ¿cuanto tiempo?.
En fin las dudas históricas que surgen siempre con las versiones parciales de la historia. No es lo mismo la visión de los vencedores que la de los vencidos.





viernes, 1 de enero de 2016

Vampirismo y enfermedad psiquiátrica II

Erzébet  Báthory nace en Nyírbátor, Hungría, el 7 a agosto de 1560. Una región salvaje sometida a guerras constantes y ocupada una parte por turcos y otra por Habsburgo austriacos. Miembro de una de las familias más importantes de la región, su tío fue el príncipe transilvano Esteban, Istvan, I Báthory, Príncipe de Transilvania y Rey de Polonia a finales del siglo XVI (1575-1686).
De niña recibe una educación en el seno de la nobleza, en el castillo de los Ecsed, rama de la familia con un gran número de enfermos mentales debidos a la alta endogamia y consanguinidad. De hecho es posible que de niña alrededor de los cuatro años sufriera crisis de epilepsia que se fueron espaciando hasta remitir. Con una educación como vemos exquisita, la niña hablaba latín, alemán y húngaro, cuando muchas mujeres de la nobleza europea no sabían leer ni escribir. Es casada en 1575, a los 15 años de edad con Ferecz Nádasdy, otro joven noble de 20 años. Instalaron su residencia en el castillo de Csejth. Como otros nobles militares, pasaba largo tiempo en las campañas contra los otomanosy en las guerras interinas que asolaban el país, siendo conocido como “El héroe negro” entre sus enemigos.
Desde  muy joven, incluso antes de casarse, la condesa se interesó por temas esotéricos y al estar casada y sufrir tanto tiempo una reclusión excesiva para una mujer fue rodeándose de extraños sirvientes con los que practicó brujería y magia negra. De ellos conocemos hoy día a Dorkó, bruja de la región y a su antigua nodriza, Jó Ilona, esta última se cree que fue quien la aconsejó emplear sangre humana para mantener la belleza. 
Uno de los primeros signos de sadismo fue la correspondencia que mantuvo con su marido mientras este batallaba sobre los distintos modos de torturar y castigar a los sirvientes. Erzsébet cuyas preferencias lésbicas eran conocidas en el interior del castillo, desarrolla una mayor inquina frente a las mujeres, ya que su sufrimiento le producía un placer sexual añadido.
Quizá  producto de una inusitada soledad, o el sufrimiento que le produjo estar aislada, o simplemente por aburrimiento y falta de diversiones de una noble educada en el despotismo, comenzó a torturar a mujeres jóvenes de su servidumbre. Al principio despojándolas de ropa y dejando que se congelaran en los jardines en invierno, o embadurnándolas de miel en verano para que sufrieran las picaduras de insectos. Y poco a poco en Csejthe y Varannó, sus propiedades, fue disponiendo de tiempo y libertad para sofisticar sus métodos de tortura hasta lo imposible.
Tras 10 años de matrimonio fue madre de una niña llamada Anna y después de Úrsula, Catalina y Pablo. Tras la maternidad y sufrir los efectos del paso del tiempo, pensemos en que los 25 años de entonces y con esa paridad el envejecimiento pese a los cuidados y la escasa actividad de la nobleza no son los de ahora, se fue potenciando una obsesión enloquecedora por mantener la juventud y la belleza.
El 4 de enero de 1604 fallece su marido desatándose por completo su furia asesina.
El desencadenante de la tragedia sucedió cuando una de sus sirvientas al cepillarla el cabello lo hizo con demasiada fuerza. Erzsébet la abofeteó de tal manera que le desgarró una mejilla con sus anillos y uñas haciendo que sangrara profusamente. La condesa se manchó de sangre la piel de la mano y al extender y frotar la sangre de la desdichada pensó que su mano rejuvenecía, cayendo en un estado de enajenación absoluta. Su reacción no se hizo esperar e influenciada por las enseñanzas de su nodriza, desangró a la sirvienta, sumergiéndose en una bañera llena de la sangre de la joven asesinada. 
Echó del castillo a su suegra Úrsula a la que nunca había soportado y al resto de parientes de su marido, y con la ayuda de su cómplice Darvulia, una conocida bruja de la región, montó una auténtica cámara de los horrores en los sótanos.
A  partir de aquí surge un periodo de terror absoluto para conseguir la eterna juventud.
Durante más de 10 años, la condesa engañó a jóvenes campesinas con un futuro mejor conduciéndolas a la muerte. Las que se negaban, eran sometidas por la fuerza o con sedantes y drogas, puesto que no existían límites en las atrocidades, ni se aceptaba un no por respuesta.
Erszebet las desangraba y para no secarse con toallas que redujeran el efecto de la sangre, obligaba a las otras sirvientas vivas que lamieran la sangre de su cuerpo para secarla. Empleó instrumentos de tortura medievales como la doncella de hierro y diseño complicados aparatos que vertían la sangre de la víctima, que iba viendo como se le iba la vida, sobre su cuerpo.
Llegó un momento en que no fueron ni capaces de deshacerse de los cadáveres. Al principio se molestaban en enterrarlos en los aledaños del castillo, pero la confianza de los sirvientes en la impunidad de la condesa acabó con los cuerpos de las mujeres asesinadas en los campos y en cualquier lugar a la vista de los campesinos
El  final del terror surgió tras un error de cálculo fatal tras la muerte de Darvulia. Los campesinos de la zona ocultaban a sus hijas y familiares sospechando que el origen de la desaparición de la muchachas estaba en el castillo de la condesa. Esto hizo que cada vez fuera más complicado encontrar jóvenes y no le quedó más remedio que recurrir a jóvenes nobles.
Los rumores de lo que sucedía llegaron a oídos del rey Matías quien ya no pudo obviar lo que estaba sucediendo en los dominios de su pariente.
El rey envió a sus hombres para investigar el caso al mando del conde Thurzo, primo de Erzsébet y enemistado con ella. Al llegar al castillo de Csejthe por sorpresa se encontraron una gran cantidad de cadáveres abandonados descuidadamente por la propiedad y a la propia condesa en sus dependencias recibiendo un baño de sangre.
El 17 de abril de 1611 el monarca en sentencia pública, condenó a Elizabeth Báthory, quien se negó a declarar acogiéndose a sus privilegios nobiliarios, a ser recluida de por vida y a sus cómplices a ser ejecutados. Fue emparedada en su propio castillo, sin poder ver la luz del día, aislada por completo, con una sola rendija por la que recibía el alimento diario. Falleció el 21 de agosto de 1614 cuatro años más tarde sin mostrar jamás el más mínimo arrepentimiento.
A Erzsébet Báthory se le atribuyen más de 650 asesinatos. 


Vampirismo y enfermedad en la historia I

Desde Gilles de Rais (1400-1440), antiguo compañero de armas de Juana de Arco, que torturó y asesinó a unos 300 niños, pasando por la condesa Erzsébet Báthory, hasta épocas por desgracia muy actuales vamos a ver una serie de asesinos múltiples con características muy similares entre todos ellos.

Bela Kisz.
Es conocido en la historia del crimen como el primer vampiro moderno, iniciando su actividad en 1912  tras una infidelidad de su esposa. En la guerra de 1914, se pensó que había muerto, y cuando las autoridades entraron en sus propiedades descubrieron dos barriles metálicos con los cuerpos de su mujer y su vecina, además de diecisiete barriles con otras tantas mujeres en su interior que habían sido estranguladas y presentaban  heridas en el cuello. Nunca fue encontrado, considerándole desaparecido en la guerra.

Peter Kürten (1883-1931).
Llamado "El Vampiro de Düsseldorf", inició sus actividades muy joven, torturando y asesinando a pequeños animales. Sin embargo a los cinco años quiso ahogar a un compañero en una embarcación y a los nueve preparó un accidente con el triste desenlace de la muerte de dos niños. 
Más tarde fue condenado por delitos como robo o deserción de sus obligaciones militares, sin embargo no hay descripciones que nos lo muestren como un sociópata, al contrario, es descrito como un hombre tranquilo y amable. 
El primer crimen que se le atribuye es el de una niña de ocho años en 1913, posteriormente fue acusado de nueve asesinatos más  y siete intentos fallidos. Murió sin presentar signos de arrepentimiento o culpa. Se le atribuye la frase antes de ser guillotinado: "Después de que me decapiten, podré oír por un momento el sonido de mi propia sangre al correr por mi cuello. Ese será el placer para terminar con todos los placeres". 
Fritz Lang (1931) llevó la historia al cine con el nombre de M, el vampiro de Dusseldorf. Su protagonista, Peter Lorre hacía una soberbia interpretación . 

Vampiros del siglo XX-XXI.
En los 70 y 80 del pasado siglo, el milanés R. Antonio Cirillo y el norteamericano Richard Trenton Chase, conocido como "El Vampiro de Sacramento", quien testificó que necesitaba beber sangre para renovar la suya. John Crutchley que en 1985 mantuvo prisionera a una de sus víctimas para beber su sangre (además de otros crímenes reconocidos). 
James Riva, que mató a su abuela en 1980 para beber su sangre para defenderse, ya que creía que era una vampira que se alimentaba de él durante el sueño.
En 1991 Marcello de Andrade mató 14 jóvenes en Río de Janeiro, con el fin de que la sangre de las víctimas le mantuviera más joven. 
El caso más reciente es el de Allan Menzies, escocés de 22 años adicto al cine, obsesionado con la película La Reina de los Condenados de Michael Rymer (2002), basada en la novela de Anne Rice. Fue detenido por el asesinato de Thomas Mc Kendrick, el amigo de su edad que le había pasado la película. Fue capaz de ver de manera compulsiva la película más de 100 veces según declaró, haciendo un pacto con Akesha, interpretada por la fallecida cantante estadounidense Aaliyah, para que le hiciera inmortal si mataba a alguien. 
Allan asesinó a su amigo asestándole 42 puñaladas y destrozándole la cabeza a martillazos; como fin del ritual sangriento bebió su sangre e ingirió parte de su cerebro. En 2003 fue condenado a cumplir al menos 18 años en prisión sin posibilidad de salir en libertad condicional. El 15 de Noviembre de 2004 apareció muerto en su celda, se calificó de suicidio. No presentó arrepentimiento y durante unos años pensó que era inmortal.