Aunque nos referimos como culturas principales a Mayas, Aztecas (Mexicas) e Incas, hay referencias en los mitos de Creación al Diluvio desde un extremo al otro del continente, desde los Inuit hasta los Mapuches del Cono Sur. De hecho esto es extrapolable a todo el mundo puesto que hay cerca quinientas leyendas referentes a un diluvio.
En el Popol Vuh, el Libro sagrado del Quiché, podemos leer en el 2º y el 3º capitulo como se crean las primeras humanidades y se van destruyendo. Así los hombres de barro dan paso a los de madera. Y la destrucción de la humanidad de madera:
“...Y al instante fueron hechos los muñecos labrados en madera. Se parecían al hombre, hablaban como el hombre y poblaron la superficie de la tierra.
Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas.
Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Fue solamente un ensayo, un intento de hacer hombres. Hablaban al principio, pero su cara estaba enjuta; sus pies y sus manos no tenían consistencia; no tenían sangre, ni substancia, ni humedad, ni gordura; sus mejillas estaban secas, secos sus pies y sus manos, y amarillas sus carnes. Por esta razón ya no pensaban en el Creador ni en el Formador, en los que les daban el ser y cuidaban de ellos.
Estos fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz de la tierra.”
“...En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo, recibieron la muerte.
Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo".
“...Pero no pensaban, no hablaban con su Creador, su Formador, que los habían hecho, que los habían creado. Y por esta razón fueron muertos, fueron anegados. Una resina abundante vino del cielo.”
“...Y esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su padre, el Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se obscureció la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de noche.”
Es decir volvemos a tomar como referencia para la creación de una nueva humanidad, capaz de adorar a los dioses y de ser creada a su imagen y semejanza, la destrucción del mundo conocido. Y dentro de la forma de destrucción, aun teniendo la separación de un Océano por medio, tenemos la aparición de un Diluvio.
Y esto es común en los mitos de creación aztecas o mexicas como veíamos en un principio.
La creación para los mexicas ha sido en distintas etapas o soles, lo vemos en el documento 1558 en la transcripción de Miguel de León Portilla. La cuarta Edad es la que lleva asociada el Diluvio:
“...Y estos que vivieron en esta cuarta edad, estuvieron en el tiempo del Sol 4 agua. El tiempo que duró fue de 676 años. Y cómo perecieron: fueron oprimidos por el agua y se volvieron peces. Se vino abajo el cielo en un solo día y perecieron, todo monte pereció. El que estuvo extendida 52 años y con esto terminaron sus años.”
Vemos también la versión de Adela Fernández en relación a la interpretación del Códice Vaticano Latino 3738:
“...Cuarto Sol, Tzontlilic: se inició hace 5026 años (el comentarista refiere que fue por 5042). Esta edad, en la que tuvo principio Tula, se llamó Tzontlilic, “Cabellos negros”. Los hombres murieron de hambre tras una lluvia de sangre y de espanto”.
Y si nos desplazamos en el espacio hacia el altiplano andino, somos capaces de ver también como aparecen los mitos de creación asociados al diluvio.
El dios Viracocha creó una raza de gigantes, mas arrepentido quiso hacer hombres a su imagen y semejanza, que lo reconocieran y adoraran.
Sin embargo parte de estos hombres violó los mandamientos de Viracocha; la ira del dios convirtió a algunos en piedras, a otros en animales y al resto, los que habían resultado a su juicio más dañinos fueron destruidos por el “Uno Pachacutic” (diluvio universal).
Un mes antes las llamas y las vicuñas perdieron el apetito y se juntaban a la caída del sol mirando fijamente el cielo. Un pastor que las cuidaba, las interrogó y los animales le contaron que dos estrellas se acercarían hasta tocarse y el mundo quedaría sumergido bajo las aguas.
El pastor, un buen hombre para Viracocha, con su familia se refugió en la cumbre de la montaña Ancasmara y 60 días más tarde al cesar las lluvias, descendió con sus familiares para poblar la tierra constituyéndose en los antepasados de los Incas.
Además para cronistas como el Inca Garcilaso de la Vega, en sus Comentarios Reales en el capítulo XVIII, antes del la fundación del Inmerso, el Tahuantinsuyo y la creación de los Incas hubo un Diluvio, del que apenas hay más referencias. Tras el la creación de la humanidad.