ÍSi tratamos de definir lo que es la psicopatía, nos encontramos en la literatura descripciones y definiciones variadas. Históricamente vemos:
P. PINEL (1809):
Describe a los individuos que van en Contra de las Normas con el término “locura sin delirio”, para describir un patrón de conducta caracterizado por falta de remordimiento y ausencia de restricciones. Es quien reconoce la psicopatía como un trastorno mental específico.
B. RUSH (1812):
Introduce una dimensión moral como “deprivación moral innata”. Los describe como poseedores de un patrón de irresponsabilidad, sin manifestar culpabilidad sobre las consecuencias de sus acciones.
J.C. PRITCHARD (1835):
Concepto de “locura moral”: cuando los principios morales se pierden, el individuo es incapaz de razonar a propósito de cualquier asunto y de comportarse con decencia. La actitud de estos individuos dependía de un defecto del carácter que se debía reprender y condenar socialmente.
La postura dominante de principios de siglo XX es de C. LOMBROSO:
Define "delincuente de nacimiento". Los hombres estarían determinados biológicamente para el crimen, por lo que la conducta criminal sería una especie de conducta atávica.
E . KRAEPELIN (1903):
Incorpora el término "personalidad psicopática", para referirse a “personalidades pobremente dotadas por influencias hereditarias, dañadas en sus procesos germinativos y otras influencias físicas tempranas en el desarrollo; cuya condición era parte de un proceso irreversible".
Los estudiosos del siglo XX sin embargo van dejando atrás los pensamientos de Lombroso en relación a las características anatómicas y físicas y se comienza a describir la psicopatía de una manera más completa, con influencias del ambiente.
K. SCHNEIDER (1934):
Pese a reforzar la idea de que muchos de estos individuos eran delincuentes desde jóvenes e incorregibles, pensaba que, existían algunos viviendo dentro de la sociedad normalmente incluso con éxito en el ámbito de la política o económico.
HERVEY CLECKEY:
Publica el libro “La Máscara de la Cordura" en 1941, que proporciona las claves del diagnóstico psiquiátrico de la Personalidad Psicopática, pero ofrece una caracterización clínica diferente de criminalidad y de desviación social.
Propuso cambiar el término por el de "demencia semántica" para resaltar lo que él consideraba la característica fundamental.
El psicópata no tiene las experiencias habituales de socialización, desarrolla un hábito manipulativo con una gran incapacidad emocional, lo que lleva a alteraciones en la moralidad.
En 1964, describe los 15 criterios clásicos :
1. Encanto externo y notable inteligencia.
2. Inexistencia de alucinaciones y de otras manifestaciones y de pensamiento irracional.
3. Falta de nerviosismo o de manifestaciones neuróticas.
4. Indigno de confianza: mentiras e insinceridad.
5. Falta de sentimientos de culpabilidad y de vergüenza.
6. Pobreza de reacciones afectivas primordiales.
7. Pérdida específica de intuición.
8. Conducta antisocial, sin aparente remordimiento.
9. Razonamiento insuficiente y falta de capacidad para aprender de la experiencia vivida.
10. Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
11. Irresponsabilidad en las relaciones interpersonales corrientes.
12. Conducta desagradable y exagerada, a veces con consumo exagerado de alcohol.
13. Amenazas de suicidio raramente cumplidas.
14. Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
15. Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.
Enfatiza que este desorden no responde a clases sociales y no se encuentran solo en las instituciones penitenciarias sino también en posiciones sociales respetadas.
ROBERT D. HARE:
Discípulo del anterior, nos diferencia entre:
Psicópata Primario: la descripción clásica vista.
Psicópata Secundario: el individuo puede ser capaz de mostrar culpa y remordimiento, relaciones afectivas y su conducta estaría motivada por problemas de índole neurótico.
Psicópatas Disociales: serían individuos que presentan conductas antisociales y que pertenecen a un mundo marginal. Tienen una subcultura propia. Capaces de funcionar adecuadamente dentro de su grupo, con lealtad, sentimientos de culpa y de afecto y una personalidad “normal”.
Afirma que "psicopatía no es sinónimo de criminalidad" La mayoría de los psicópatas no son delincuentes, sino más bien sujetos que gracias a su encanto y habilidad para manipular, engañan y arruinan la vida de todos aquellos que se asocian personal y profesionalmente con ellos. Sin embargo tiene la capacidad de poder usar la violencia cuando sus recursos no son efectivos para conseguir sus propósitos.
C. Lombroso