lunes, 1 de febrero de 2016

Circulación pulmonar y sistémica

Miguel Serveto (1511, Villanueva de Sigena, Huesca) postula en 1546 la existencia de la circulación pulmonar, posiblemente ignorando la descripción de la misma realizada en el período medieval por Ibn-an-Nafis en el siglo XIII. Para entender el porqué de este descubrimiento, no se debe de olvidar que Serveto estaba obsesionado con la Reforma religiosa. Consideraba que el alma residía en la sangre, de aquí a considerar que la sangre es la parte del cuerpo con la que más fácilmente se comunica Dios con el alma humana, solo había un paso. Además de Derecho y Humanidades en Toulouse, estudia Medicina en París, siendo discípulo directo de Vesalio, y ferviente seguidor del humanismo científico.
Miguel Serveto modifica absolutamente la fisiología galénica con la descripción anatómica del flujo sanguíneo pulmonar, especialmente en el tratado Christianismi Restitutio de 1553, aunque paradójicamente es muy galénica la forma de describir sus teorías. 
Finalmente, muere en Ginebra en 1553 debido al irracional fanatismo de Calvino. De hecho la difusión de sus obras es muy escasa por la desaparición de los originales en la hoguera. Son autores como Valverde de Amusco y Realdo Colombo, los que se van a encargar de dar difusión a sus ideas aunque sin citarlo de manera directa, posiblemente por miedo a la Inquisición. El primero con su Historia de la composición del cuerpo humano, y el segundo con De Re Anatómica
De este modo, será el británico William Harvey (1578-1657) quien describirá la circulación mayor, publicando su tratado en 1628 en la “obrita” Exercitatio anatómica de motu cordis et sanguinis in animalibus. Diseca, realiza experimentos en animales y cadáveres y define las cavidades cardiacas y los grandes vasos, estimando el volumen de la circulación y de las cavidades. Describe las válvulas venosas, la pasividad de la circulación venosa y las propiedades del pulso arterial. Señala que es el corazón el motor de la circulación, por sí mismo (idea en consonancia con que es el sol el centro del universo, muy acorde a la época) y continúa considerando que es en la sangre donde reside la fuerza divina que hace que se mueva el corazón. Harvey es importante también por las descripciones embriológicas tan avanzadas que hacen que mejore el conocimiento de la formación del feto intraútero.

Miguel Servet

William Harvey

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